XI

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—La joven señorita Angelis a estado muy silenciosa. —Comentó Lukas desde su asiento. Floreya ya había pasado por Lukas cuando iban en camino al pequeño quiosco del pueblo. Durante el transcurso Floreya guardó silencio haciendo que  Lukas se sintiera solo.

—Lo lamento joven Blois, es solo que-

—Le preocupa algo, ¿cierto? — Una pequeña sonrisa sin mostrar los dientes se asomó por los labios de Lukas,  que estaba en lo correcto. Floreya estaba tan ansiosa y preocupada de que el plan pudiera fallar, que el duque al enterarse, no la dejara salir nunca más del ducado impidiendo que pudiera escapar de su destino, estaba ansiosa después de las palabras que le dijo antes de marcharse al palacio. Todo era un manojo de emociones que se le hacía difícil de controlar.

A pesar de que Lukas no podía verla, podía sentir que estaba preocupada y tal vez era por su escape, más ahora que hoy era la noche en que los monstruos de Hades salían del inframundo. Él también estaría preocupado. Floreya no quería arruinar el ambiente ni la noche este día, sería la última vez que vería a Lukas, así que debía darle lo mejor de ella, por lo que cambio su ánimo y trato de despojar sus preocupaciones de su mente.

—Claro que no, no hay nada de lo que esté preocupada. Tal vez esté un poco nerviosa por ver a su alteza el segundo príncipe, pero eso es todo.

—Ya veo, aún sigue sintiéndose así después de convivir por años con su alteza.

"¿Convivir? ¿La anterior Floreya ya era cercana a él?"

Después de eso siguieron hablando de cosas triviales hasta llegar al quiosco del pueblo. Lukas fue el primero en bajar del carruaje para poder ayudar a Floreya a bajar. Lukas extendió su mano con el propósito de que Floreya la tomara y desde luego que así fue. Dedicándole una sonrisa, Lukas no tuvo intenciones de soltar su mano después de eso y Floreya tampoco. Detrás de ellos y en un carruaje aparte, salió Emily junto con Fran, caballero mano derecha del duque y escolta de Floreya. Sin hacer esperar por más tiempo al segundo príncipe, Floreya se encaminó junto con Lukas al quiosco donde se podía ver claramente a un joven de cabellera blanca con un hermoso traje junto con dos caballeros a su lado.

Visualizando a Floreya, Félix sonrió de oreja a oreja dispuesto a saludarla, hasta que vio a alguien más junto a ella quien tomaba de su mano. La sonrisa de Félix decayó en un par de segundos y su expresión cambió a una neutral. De pie frente a él, rápidamente lo saludaron juntos.

—Saludos al pequeño sol del Imperio, a su alteza el segundo príncipe. —Ambos mantenían una postura inclinada ante Félix haciéndoles imposible ver el tipo de expresión que tenía justo en esos momentos. Félix no dejaba de observar cómo Lukas sostenía fuertemente la mano de Floreya, cosa que a él no le gustó. Debía tranquilizarse, no quería que sus acciones desplomaran lo que por años tardó en construir. Esa cercanía con ella. Lo que Félix no sabía era que lo que una vez construyó se desplomó en el momento en que "Floreya" volvió abrir sus ojos.

—Me alegro de volver a verte Floreya.— Con intenciones de romper ese agarre, Félix se acercó a Floreya para poder abrazarla, objetivo que logró cumplir.

"Oh, para que hable de una manera tan informal, debieron de ser muy cercanos."

—S-Su alteza, permítame presentarle- Inmediatamente Félix se despegó de ella y habló interrumpiéndola.

—Lo sé, es el joven Blois de la casa ducal Blois y primer y único hijo del duque Blois. — Lukas que mantenía su vista al frente sonrió levemente y asintió con la cabeza.

—Así es su alteza, me siento honrado de que me conozca.

—Es mi deber como príncipe conocer a todos y cada uno de los fieles seguidores de mi padre.

No Quiero Seguir Muriendo a Manos de la Santa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora