XVI

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Frías, sus manos estaban frías. Suaves, grandes y frías, mientras que sus dedos largos abrazan fuertemente mi delgado cuello. En sus ojos negros y vacíos, podía verme reflejada. Las expresiones faciales de mi rostro eran horribles, mi piel blanca se transformaba en un color púrpura a falta del aire y mis ojos, abiertos tan grandes como si fueran a salirse, estaban rojos y lagrimeantes.

Su cabello largo, sedoso y negro, bailaba al compás del fuerte y brusco viento. Su rostro estaba sereno, despreocupado y sin reflejar el esfuerzo que hacía al estar apretando mi cuello. Era guapo, pero daba miedo, pues su piel no tenía color y el único color que había era el de sus venas, ni siquiera aquellos labios suyos poseían color. Era como ver un cadaver o incluso peor que uno.

Cuando desperté, sólo estábamos él y yo, en medio de la orilla de la inmensa playa, lugar donde me reunía con aquella misteriosa mujer. Mi cabeza reposaba en sus piernas mientras acariciaba mi cabello y explicaba cómo había sido engañada por él. Aquella mujer que creía saber quién era, en realidad había sido él pasándose por ella.

—Jamás volverá.

Sus palabras habían impactado algo dentro de mí que hacía que mi corazón doliera y el sentimiento de tristeza me invadiera. Entonces, cuando quise levantarme para confrontarlo, él tiro de mi cabello para que volviera a recostarme. Minutos después, él estaba colocado encima de mi asfixiándome.

De un tiempo para acá, él había sabido que yo no era ella , y de algún modo eso lo había puesto triste pero también furioso. Yo era una extraña que había invadido el cuerpo de su preciado juguete. Porque para él, Floreya había sido su juguete favorito por mucho tiempo. Y ahora que ya no existía más y que viniera alguien a tomar su lugar, lo hacía enfurecer.

Y aún así, seguía ayudándome a salir del ducado. Tal vez para matarme para esperar si ella volvía a regresar.

—Es diferente. Nada está siendo como antes. ¿Ahora ese hombre está tratando de protegerte? ¿Ahora se arrepiente? ¿Ahora está tratando de ser amable? ¿Por qué ahora? ¿POR QUÉ? — Sus rostro sereno se transformó en un rostro lleno de líneas de expresiones debido a su enojo. Sus colmillos, grandes y filosos que se acercaban a mi rostro, parecieran que me arrancarían mi cara de un solo mordisco.

—Tú llegada está alterando las cosas. Ella jamás conoció a ese niño ciego, sólo después de que cumplió quince años, su padre jamás quiso permanecer a su lado ni mucho menos protegerla. Incluso la relación de aquel emperador con su prostituta está comenzando a deteriorarse. Dime, ¿qué fue lo que hiciste? ¿Cómo lo hiciste? Lo que ella no pudo lograr en muchas vidas , ¿tú cómo lo estás logrando a la primera?— Su dedo pulgar presiono con fuerza la parte final de mi cuello bloqueando aún más mi respiración.

—¡Aahg...!

—Incluso estás formando alianza con ese Santo. ¿Tal vez ese mago no tardara en aparecer...?

"¿Quienes?"

Yo, que me aferraba a la vida, me aferraba con un recién nacido al pecho de su madre al ser amamantando, ahora, estaba a punto de morir. ¿Qué pecado cometí para merecer esto? Si de verdad existía un Dios, ¿por qué no me ayudaba?

No... Ni siquiera Dios vendrá ayudarme. Dios me abandonó hace muchísimo tiempo...

—Quiero que vuelva... Quiero que vuelva... ugh... Floreya...

"¿Quién eres?"

[CRACK]


***

—¿Lo oíste cierto ?...

—Claro que si. ¿No crees que su gracia la olvido muy pronto?...

—Escuché que se casará con ella porque al parecer está esperando a su hijo...

No Quiero Seguir Muriendo a Manos de la Santa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora