— Dime, ¿qué opinas Jack...?
—¿Opinar respecto a qué, su gracia? — Destapando la comida, el dulce aroma de la sopa invadió las fosas nasales de Angelo, pero por más delicioso que se viera, no pensaba comerla. En su lugar, se rió ante la pregunta de Jack y lo miró con una sonrisa ladina.
—Leíste las cartas, así que dime qué opinas. Qué crees que debería hacer por un asunto de una sola noche. — Ante la falta de empatía, Jack se sintió enojado. Pues por culpa de esa noche, sólo una persona sufría las consecuencias y la otra parte se alcoholizaba hasta perder la consciencia. Pero Jack no podía responder tan libremente y decir lo que realmente pensaba.
Ahora que no estaba Sir Fran, Jack era quien aconsejaba a Angelo y ante eso, sentía una carga muy pesada en sus hombros. Sir Fran tenía la confianza de decirle con firmeza y sin rodeos a Angelo la verdad y los errores que cometía, sabía manejar el enojo y saber calmarlo. Excepto Jack, que no lo trataba con frecuencia.
"Debo pensar bien, no puedo decirle que está actuando de la manera más estúpida, si no mi cabeza rodará lejos de mi cuerpo. "
"¿Debería decirle que consulte a una persona de la iglesia para que haga una bendición especial para la señorita Alice? No, tal vez ante tal ofensa mi lengua sea comida para aves." [Desde la noticia de la profecía, Angelo detesta relacionarse con la iglesia.]
"¿Qué puedo decirle? Tal vez si debería decirle que está actuando de manera irresponsable. "
Angelo arqueó una ceja ante las expresiones que hacía Jack que mantenía los ojos cerrados pensativo.
—Antes de que el duque de Cartes, le cortara ambas manos, Alice me mandó una carta en secreto. — Al no tener una opinión, tal vez decirle algo más a Jack acerca del asunto, lo empujara a aconsejarle. — Comentó que sabía acerca de la gente que había mandado a espiarla y que no debía preocuparme por ella. Ella sabía con firmeza que su padre no la mataría. Además, no pensaba en deshacerse del niño en su vientre y una vez su padre se calmara, se iría de ahí. No le importaba si no quería hacerme cargo del niño, pero si quería hacerlo, no se iba a negar porque a fin de cuentas también era mi hijo...— Escuchando atentamente a Angelo, no pudo formular una palabra, en cambio pudo notar en la voz de Angelo ese sentimiento de remordimiento y rechazo a la vez. Al final, su plan de querer tener a alguien a su lado para su conveniencia, no resultó.
Lo único que pudo pensar Jack era, ¿por qué Alice se aferraba al niño que crecía en su vientre?
—Creo que me odia.
"¡¿Quién no odiaría que solo lo estén utilizando?! ¡¿Y por qué lo dice con tanta tristeza?!"
Respirando hondo y tomando la valentía, Jack decidió dar su opinión con la esperanza de no tener que ser enterrado a tres metros bajo tierra.
—Creo que al final, pienso que la señorita Alice es una mujer muy vulnerable que no puede defenderse ante la violencia física de su gracia el marqués. Más ahora que está débilmente ante las secuelas de sus recientes heridas. Entonces, ¿cómo planea protegerse así misma como al niño que espera? Aún si su gracia, el duque de Angelis no desea proclamarlo como su hijo, debe ayudar a la señorita Alice a salir de ahí antes de que algo más grave suceda, porque aunque a su gracia no le guste escucharlo, el niño que espera la señorita, es suyo. Sea responsable... — Ante la firmeza de Jack, Angelo abrió sus ojos hasta donde pudo. La poca luz de aquella mañana que entraba por las cortinas, golpearon a Jack creando una imagen divina, tanto así que Angelo pensó que tenía a un ser divino enfrente suyo.
Las palabras resonaron fuertemente en su cabeza que el dolor en esta lo golpeó fuertemente. Al verlo, Jack posó una de sus manos en la cabeza platinada de Angelo y de esta un pequeño destello de luz salió. El dolor de cabeza se había ido, pero el dolor en su pecho seguía ahí.
[Pock, pock]
Pequeñas gotas de lágrimas salpicaron la alfombra y lamentos salieron de lo más profundo de la garganta de Angelo. "Sea responsable", esa palabra lo impactó más que las anteriores palabras dichas por Jack. ¿Cómo podía ser responsable cuando no pudo serlo con su primera familia?
—Floreya. Su nombre será Floreya...
***
—Sé que la protegerás como lo has hecho conmigo...
***
—¡Padre! ¡ Por favor no se vaya! ¡No me deje sola de nuevo!
***
—¡Padre! ¡No quiero irme, quiero estar junto a padre!
—Jack... Ugh... Me duele... Me duele no poder encontrarla... Me duele no poder tener a Halia conmigo... Agh...
"Detrás de un frío hombre sin expresiones, hay un hombre con un gran corazón... Bueno, después de todo es un ser humano."
De rodillas, Angelo se aferró fuertemente a las ropas de Jack mientras las humedecía con su rostro lleno de lágrimas y Jack reposaba una de sus manos en la cabeza platinada de Angelo en forma de consuelo.
Angelo no era el único que extrañaba a Halia, todos lo hacían, incluso Jack, pero el inmenso amor que Angelo sentía por ella, debía lastimarlo más que al resto, sumando la ausencia de Floreya.
[Tock, Tock]
—Su gracia, su majestad el emperador y su majestad la emperatriz están aquí.
Al escuchar la noticia, Jack se separó de Angelo y se dirigió a las puertas para avisar que Angelo estaba indispuesto en esos momentos. Después de que Jack abriera la puerta y frente a este estaba el guardia que había informado y viera que se hizo a un lado, Jack sintió una inmensa sombra detrás de él, se giró lentamente sobre sus talones y al verlo de pie detrás suyo lo dejó boquiabierto.
El hombre que hacía un par de segundos estaba de rodillas en el suelo, el rostro lleno de lágrimas y sus ropas echas un desastre sin mencionar que el olor a alcohol abrazaba su cuerpo, ahora era un apuesto hombre que sujetaba su largo cabello en una media cola, su rostro estaba lejos de tener lágrimas y debajo de estos oscuras ojeras. El olor a alcohol fue reemplazado con una suave loción masculina y las andrajosas ropas con un elegante traje negro con detalles azulados junto con hermosos accesorios del mismo color. Pero sobre todo, había vuelto ese rostro sin expresiones.
"¡¿Qué fue lo que pasó?! "
"¡¿En qué momento se cambió?!"
—Espero que después de esto, sepas apreciar la vida. — Un aura obscura rodeó todo el cuerpo de Angelo, mirando fijamente a Jack desde abajo. Jack no lo pensó dos veces y velozmente se hizo a un lado para que Angelo pudiera irse.
—Dios, soy muy viejo para esto...
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No Quiero Seguir Muriendo a Manos de la Santa
RomansaHabía quedado seleccionada a una de las universidades más importantes de la ciudad, pero desgraciadamente morí sin ninguna razón en mi habitación. Pensando que había muerto, volví abrir mis ojos en un lugar totalmente diferente. Al poco tiempo, me h...