—¡¿Por qué dejas a tu madre sola...?! ¡Yo no te eduqué así...!
Tan pronto como Félix y el emperador apareciendo a la vista de Floreya y el duque, Floreya se alegró de verlo vivo. Pero, quién no estaba del todo contento como el duque, era el emperador.
Cuando el emperador y el duque estaban peleando contra las bestias de Hades junto con la caballería imperial, vieron cómo un rayo desde los cielos caía en alguna parte del bosque, retirado del festival. El emperador conocía ese poder, pues era uno de los poderes que sus dos hijos habían aprendido a desarrollar a una temprana edad. Preocupado, el emperador se retiró del lugar en busca de su hijo sin saber cuál de los dos era. El duque se ofreció en acompañarlo, pues a pesar de que el emperador era muy fuerte, no podía dejarlo ir solo. Durante su búsqueda, el duque pudo escuchar el rugir de una de las tantas bestias cerca de donde ellos dos estaban. El emperador le pidió encargarse de él mientras buscaba a su hijo y mientras el duque iba y se encargaba de la bestia, se encontró con Floreya en peligro y un Lukas inconsciente en el suelo.
Mientras tanto, el emperador había encontrado a su segundo hijo, Félix, combatir contra dos bestias sin ningún caballero real a su lado. Yendo a su rescate, padre e hijo vencieron a las bestias, pero Félix no se escapó de los regaños de su padre. Durante todo el camino hasta encontrarse con el duque de nuevo, el emperador tenía sujetada con fuerza una de las orejas de Félix mientras lo sermoneaba.
—¡Estás castigado! ¡Tus horas libres se acabaron jovencito, por lo menos durante cinco meses!
—¡¿Qué?! ¡Pero eso es demasiado! ¡Significa que no podré visitar a la señorita Flo— Antes de terminar la frase, el emperador le tapó la boca a Félix.
—¡C-Castigado y punto! —Después de que el regaño terminara, Floreya se acercó a Félix y tomándolo de sus manos, le agradeció.
—Gracias al cielo está bien, su alteza... Estaba realmente preocupada por usted... Muchas gracias por ayudarme antes y perdóneme...
—Floreya... — Félix sonrió al ver cómo Floreya se había preocupado por él. Al ver esto, el duque tomó a su hija y la alejó de Felix.
El emperador disfrutaba ver esto, pues sabía que a su amigo no le agradaba que su preciada hija tuviera interacciones con chicos de su edad en especial con sus dos hijos. El duque volteó a ver al emperador que disfrutaba la escena y al sentir su intensa mirada, se aclaró la garganta y habló.
—Mjum... Bueno, ahora que los hemos encontrado, es hora de volver. Pronto amanecerá y tu madre debe estar muy preocupada por ti jovencito. — Esto último diciéndoselo a Félix. Floreya se dio por vencida ante su plan fallido y se resignó a volver.
Acercándose a Lukas, con cuidado trato de levantarlo, pero en su lugar el duque lo tomó en brazos. De regreso, no se toparon más con ninguna otra bestia y eso significaba que ya estaba amaneciendo. Antes de terminar de cruzar por el bosque, en medio del camino, se encontraba un pequeño niño vestido totalmente de blanco, no podía verse su rostro, a excepción de que sobresalía una larga trenza rosada sobre la capucha de la túnica.
—Tú debes ser la famosa hija maldita, ¿no es así? — El pequeño niño se dirigió a Floreya viéndola por encima de la capucha de su túnica blanca. El duque al ver cómo se referían a ella, obligó a Floreya a colocarse detrás de él. Tomando un paso adelante, el emperador trató de entablar una conversación con El niño al ver la defensiva de su amigo.
—¿Quién eres tú? ¿Por qué no estás en el festival? — Quitando su mirada en Floreya, el niño posó esta vez su mirada en el emperador.
—Tú debes ser el actual emperador de este lugar. Que manera tan estúpida de resguardar al pueblo de las bestias de Hades. — Su forma tan grotesca de hablar sorprendió al emperador, Félix y a Floreya. Se preguntaban cómo era posible que un niño así hablara de esa forma.
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No Quiero Seguir Muriendo a Manos de la Santa
RomanceHabía quedado seleccionada a una de las universidades más importantes de la ciudad, pero desgraciadamente morí sin ninguna razón en mi habitación. Pensando que había muerto, volví abrir mis ojos en un lugar totalmente diferente. Al poco tiempo, me h...