IX

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—¿Volverás?— Preguntó ansioso Lukas.

Floreya lo miró sin expresión tomándolo de las manos, mientras remojaban sus pies descalzos en la orilla de la helada agua del mar. ¿Volver? Claro que no lo haría, ella no regresaría al lugar al que estaba destinada a morir y en un lugar donde no era bienvenida. Pero debía decirle lo contrario a Lukas si quería que este guardara el secreto de su huida del Duque.

—Por supuesto. Mientras, voy a tratar de enviarte cartas, pero a cambio tienes que guardar este secreto de los demás, en especial de mi padre.

—Si esa es la condición para esperar por su regreso, lo haré.

Tomando valor, Lukas se abalanzó hacia Floreya en un abrazo, y correspondiendo a su abrazo Floreya también lo hizo aunque podía sentir la mirada penetrante del duque sobre ellos. Escuchando un leve sollozo y  sintiendo su hombro húmedo debido a unas lágrimas, Floreya se despegó un poco de Lukas para observarlo nuevamente.

—¿Por qué lloras? Dije que volvería.

—Aún así... N-No me gusta la idea de que la s-señorita Floreya se vaya...

" Creo que se apegó mucho a mi..."

—Lukas...— Llevando sus pequeñas manos a su cabello, Floreya se quitó el accesorio en forma de una flor de jazmín que llevaba puesto, tomó la mano de Lukas y se la entregó. Lukas dejó de llorar y extrañado tocó el accesorio con más atención.

—Voy a entregarte esto para que cuando nos volvamos a ver, me lo entregues. Sabes, es un accesorio demasiado caro, así que tienes que cuidarlo bien.

—Señorita...

—¿Ahora no debería el joven Lukas darme algo a cambio? Así para asegurarnos de que nos volveremos a ver para entregárnoslo.

Lukas pensaba en qué podía darle a Floreya, pero no llevaba nada consigo. Rebuscando en sus bolsillos, encontró un pequeño anillo con una pequeña joya color púrpura como la de sus ojos. Anillo que su nana le había dado al ser la primera joya que había aprendido a fabricar. Tomándolo, alzó su otra mano libre para que Floreya pudiera colocar su mano en ella, y luego entregó el anillo. Floreya miró el anillo con determinación, admirando la pequeña joya púrpura. Pero dentro del anillo descubrió que tenía algo escrito.

[Para mi amado hijo Lukas. Con cariño, mamá.]

"Un regalo de la duquesa..."

De observar el anillo,  miró a Lukas sorprendida. Era un regalo de su madre y Lukas tal vez no lo sabía.

—Lukas, ¿quién te dió este anillo?

—Me lo regaló mi nana. Fue el primer anillo que nana aprendió a fabricar.

"¿Su nana? ¿Será que acaso la duquesa sabía del talento de la nana de Lukas?"

—Lukas yo...

—¡Señorita Floreya! ¡Joven amo Lukas! ¡Es hora de volver!

Interrumpiéndola, Emily gritó desde lo lejos sosteniendo una canasta de picnic entre sus manos y junto a ella estaba el duque. Era tiempo de volver a casa y con ello dar unos últimos retoques a el plan de escapar.

—Debemos volver mi señorita.

—S-Si... ¡Espera! —Tomando desprevenido a Lukas, lo tomó de su mano y detuvo su andar.

—¿Si?

—¿Te gustaría ir conmigo mañana al festival de luces por la noche?

—¿Q-Qué? ¿Y-Yo?

No Quiero Seguir Muriendo a Manos de la Santa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora