Un té para llevar | Escritos |

012.

Y tengo algo que confesar, quizá no soy tan listo como parezco, ya que no termino de entender a tu pensar y, mucho menos, tu manera de actuar.

Es tan confuso, aún no logro descifrar cómo las palabras de alguien pueden ser completamente distintas a su actuar. ¿Qué pasa? ¿Es que desde un principio me querías engañar? No, me dijiste que no me buscabas ilusionar, ¿Pero entonces cómo esperas que actúe? ¿Que te piense como a un extraño y solo lo ignore? Que ignore tu presencia, que finja que no existe tu ser.

No lo comprendo y jamás lo comprenderé. Porque la gente tiene maneras tan distintas de amar, pero claro, ninguna ajena a lastimar. Ninguna ajena a destrozar tu corazón y de un suspiro volverlo a armar; o solo abandonarlo, como seguido suele pasar.

Pero está bien, supongo que en algún momento lo aceptaré. Solo me queda el pensar, pensar en qué puedo hacer, en cómo lo resolveré y en qué será lo mejor. Pero por favor, no me trates como a un extraño, que eso me mata porque aún eres dueño de mi corazón.