020.

3 1 0
                                    

¿Por qué parece que soy adicto a esa caída constante?
Una vez que me levanto, con solo un paso vuelvo al suelo.
Parece que nunca aprendí a caminar, a este punto nunca aprenderé a correr; ni a volar.

Parece que solo sé dar pasos torpes, propios pasos que borran sus huellas durante cada caída, dejando sin registro alguno mi avance.

Quizá no debería volver a caminar, quizá solo deba arrastrarme y así aprender a avanzar. Aunque me duelan las manos, aunque me duelan los pies, aunque me duela el alma cada vez que avanzo.

Tal vez mi problema no sea avanzar, tal vez mi problema es alejarme.

Porque estar lejos es tan complicado, tanto que prefiero arrastrarme para traer algo del camino conmigo. Aunque sea la suciedad, aunque sean las heridas que dejarán en mis rodillas.

Finjo que no sé caminar, porque a decir verdad, correr me aterra y arrastrarme es lo único que no me hace sentir atrás.

Un té para llevar | Escritos |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora