017.

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Octubre llega a su fin con una noche helada. Tan, pero tan fría, que me congela hasta los huesos y me enfría el alma.
Con una botella en mi mano y mil píldoras al lado, tan solo tú vienes a mi mente. Vienes a mí como la brisa helada de la noche, me acaricias y me causas escalofríos, me haces temblar y beber otro trago de la botella; o tomar una píldora o dos.

Porque vienes a mi cabeza al final del mes, mes donde unos años atrás entendí lo que era enamorarse, lo que era desear tanto estar con alguien y sufrir de impotencia por no poder besar esa hermosa piel, que lucía tan suave, tan delicada.

Pero ahora estoy aquí, siendo completamente ajeno a ti. Sin ser parte de tu rutina, sin poder desearte un buenas noches ni un buenos días. No soy más esa persona a quien corres cuando te derrumbas ni cuando desbordas de alegría. Solo soy un extraño, uno del cuál conoces su color favorito, conoces sus mayores miedos y el qué le mantiene despierto por las noches. Soy ese extraño que solo podía encontrar consuelo en tus brazos, ese que cerró su corazón al mundo porque le robaste la llave, la robaste y nunca la devolviste; ni siquiera para volver de visita.

Por eso tomo un trago o dos, porque soy incapaz de pensar en ti sobrio. Porque odiaría destruirme durante el día, cuando no existe una noche helada y cuando mi alma no está fría. Odiaría volver a caer, por eso me escondo, me escondo para no saber de tus días, me escondo de aquel rincón en el que hablábamos y reíamos durantes horas. Me escondo de mi mente, me escondo de mi sentir y del como mi ser ruega por volver a ti; del como se arrastra y se tortura por ser incapaz de soltar.

Octubre llega a su fin, con él espero que se lleve toda mi agonía y tu recuerdo. Espero que me congele el alma, que congele a mi corazón y a mi cuerpo. Que no solo lo enfríe, que lo congele tanto que sea incapaz de buscar calor en una botella y estabilidad en unas píldoras. Solo quiero que octubre me lleve con él si no me va a congelar esta noche; no quiero que me deje solo agonizando de frío.

Un té para llevar | Escritos |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora