Y si me preguntan, voy a decirles que no me interesas en lo absoluto. Voy a decirles que ya borré tu número, que no te volví a escribir y que ahora solo quedaste en mis recuerdos.
Si me preguntan, voy a decirles que odio la mentira, pero que me volví un gran mentiroso. Aprendí a mentir cuando fingí que no me moría de celos al verte en otros brazos, cuando me di cuenta que entregaste aquello que era mío y dije que era algo que necesitabas vivir; cuando solo quería morir, regresar el tiempo y abrazarte, tomando lo que siempre me perteneció.
Mentí cuando dije que no correría a ti, cuando dije que no te abrazaría con tanto amor, con ese que tanto mereces. Miento a diario, me miento a mí mismo, no sé cuándo pasó, no sé cuándo me convertí en un ser que siempre odié tanto ni cuándo me empecé a odiar. Pero desde tu rechazo, no sé qué más hacer.
Miento al decir que no odio que la gente decida por mí, que decida qué me hace bien y qué no, ¿Qué no soy yo quién debería decidir?
Miento, me siento enfermo, enfermo al aceptar la derrota y no seguir luchando, no seguir siendo ese ser apasionado que no acepta un rechazo cuando sabe que aún vive el amor, pero ¿Es así? ¿Aún vive? Siento que es una batalla que ya perdí, por eso me odio.Por eso me volví un mentiroso, por eso me perdí, por eso dejé de ser yo. No sé qué hacer, desestabilizaste todo en mí, creí que al primer llamado lo lograría lo mismo, pero no fue así.
Ojalá algún día me ahogue en mis mentiras, me ahogue tanto que no sea capaz de vivir. Porque aunque sé que lo intenté hasta el final, siempre me voy a sentir culpable al haber sido el primero en alejarse y actuar como si nunca fuera a regresar.
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Un té para llevar | Escritos |
PuisiBasura de un alma rota, que no tiene dónde expresar su vómito emocional.