- Cuéntame todo lo que pasó aquella noche, por favor.
Ainhoa se encogió de hombro, abrazándose a sí misma y pude notar su nerviosismo que tanto la caracterizaba.
- Sin presiones, ¿sí? Tenemos todo el tiempo del mundo. Estoy aquí contigo, para apoyarte. Quiero que te sientas segura a mi lado, Ainhoa.
Entonces esbozó una sonrisa, cogió mi mano con las suyas y empezó a hablar.
*Punto de vista de Ainhoa*
- No sé ni por dónde empezar – miré al suelo.
- Si no quieres... – me interrumpió.
- No es eso, Luz. Yo quiero contártelo, pero tengo miedo.
- ¿Miedo de qué? – se acercó a mí, poco a poco, acariciando mi mejilla.
- De tener que revivirlo de nuevo.
En ese momento, sentía cómo comenzaba a hacer algo que tanto me costaba normalmente: abrirme con los demás. Pero, de algún modo u otro, sentía que con ella era todo más fácil y no tenía miedo a ser juzgada. El miedo seguía ahí, eso era inevitable, pero era un miedo distinto. Tenía miedo de volver a pensar en todo lo que pasó aquella noche, por lo duro que podía ser para mí, e incluso un miedo a volver a tener un ataque de ansiedad. Aun así, Luz hacía que ese miedo no fuera tan fuerte como solía serlo normalmente.
- Sé que es duro, Ainhoa. Pero ya no va a pasarte nada más. Me tienes a mí aquí, contigo.
Luz no hacía nada más que recordarme que no estaba sola. Y poder saber que ella estaba a mi lado, era demasiado importante para mí. Con Luz me había pasado algo que no me había pasado antes con prácticamente nadie. Había sentido una confianza plena en ella desde poco después de conocernos. Normalmente, no era tan fácil para mí llegar a ese punto con una persona a la cual no conocía de nada. Pero lo que había entre nosotras era algo especial.
Llevaba mucho tiempo sintiéndome sola, y saber que eso había dejado de ser así ya era mucho para mí.
- Qué bonita eres, Luz – dije mirándola fijamente, era inevitable hacerlo, porque aun después de haber estado conmigo desde ayer, seguía estando preciosa.
- Ay, Ainhoa, no digas tonterías... – se puso de una manera muy vergonzosa de repente, con las mejillas sonrojadas, estaba monísima.
- No son tonterías, es la verdad.
Me tomé unos segundos para respirar profundamente y pensar. Esta conversación estaba tomando un rumbo que no era el mejor en ese momento. Quería contárselo todo, confiaba en ella plenamente y tenía derecho a saberlo.
Aunque seguía cagada de miedo, poder estar a su lado me daba toda la fuerza que necesitaba para hablar de ello.
Carraspeé antes de comenzar a hablar.
- Pasé el fin de semana en Madrid, ya que tenía que hacer algunas cosas, entre ellas hablar con una persona que hacía tiempo que no veía -. Luz abrió los ojos como platos, posiblemente pensando en quien no debía de pensar. – No fui a ver a Valeria, si es lo que te preocupa.
- A ver, no te voy a engañar, un poco si me he rayado cuando lo has dicho – parecía aliviada.
- Fui a ver a mi abuela.
- ¿A tu abuela? – se extrañó.
- Sí, pero bueno, eso ya es otro tema – hice una pausa –. La cosa es, que cuando volví y bajé del tren, pasé por la plaza para ir al hostal, y entonces me encontré con Hugo.
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Éxtasis #Luznhoa
Fiksi PenggemarLuz, una de las trabajadoras del restaurante del Hotel LaSierra, se encuentra en una encrucijada amorosa con Paolo, uno de sus compañeros. Además, pertenece a la familia dueña del hotel, lo cual no hace que las cosas sean más fáciles para ella. Pare...