Punto de vista de Ainhoa
Oficialmente podía decirlo: Luz y yo éramos novias. Tan sólo me había costado unas cuantas comeduras de cabeza, pero por fin era una realidad.
Lo que sí me estaba rayando más de lo normal, era el tema relacionado con su madre. Al parecer, a diferencia de su padre y su hermano, su madre no se había tomado nada bien lo nuestro. Aunque he de decir, que la entiendo perfectamente, porque no es que yo sea la nuera ideal. Literalmente, era alcohólica, y tenía un ex marido maltratador que me hacía la vida imposible. Al menos ahora lo de vivir en un hostal, iba a dejar de ser cierto en breve.
Pero, esa era yo. Y, no había forma de que todo eso se esfumara de repente, por mucho que a mí me doliera.
Era algo que ya tenía asumido. Los prejuicios por parte de los demás.
Desde que dejé a Hugo y huí de la vida que tenía en Madrid, había aguantado las malas miradas por parte de los demás, los cuchicheos, los comentarios negativos hacia mí... Y dolía demasiado. Era muy duro ser de esa forma y no poder cambiarlo, por mucho que no fuera culpa mía. Porque, al fin y al cabo, los demás sólo saben lo que escuchan por ahí, y no te dan opción a defenderte; a contar tu verdad.
Y era algo, que llevaba persiguiéndome demasiado tiempo y de lo cual estaba harta.
Luz llevaba ya varios días sin hablarse con su madre, y puedo parecer una malísima persona, pero no me daba tanta pena como debería dármela.
Porque sí, es mi novia, la quiero, y no quiero que esté mal.
Pero al fin y al cabo, Silvia me había demostrado ser como todas esas personas que me juzgaban sin dar lugar a la verdad oculta.
Por eso, había quedado con Fina para poder hablar sobre todo esto, ya que la pobre llevaba unos días poco actualizada de mi vida. Incluso no sabía que estaba saliendo con Luz. Quedamos en tomarnos algo en el Chelsea después de comer, ya que tenía turno de noches.
- Noto algo rondándote la cabecita... - se tocó su propia cabeza, para que pareciera algo físico.
- Uf, no lo sabes tú bien.
- Si te apetece contármelo, ya sabes que voy a estar aquí, escuchándote.
Agradecía muchísimo tener a Fina en mi vida. A parte de Luz, era la persona con la que más relación tenía del pueblo. Se había convertido en una confidente para mí, y en mi mejor amiga.
- Estoy saliendo con Luz.
- ¿Con Luz, Luz? - hizo una pausa, mientras mantenía la boca abierta-. ¿Lasierra?
- Esa misma.
- ¿Y en qué momento ha pasado y no me has contado nada? - me dio un golpe en el brazo.
- Ay - me toqué el brazo, simulando dolor -. Te relajas, eh, que no te cuento nada más - dije altanera.
- Claro, claro... calla y cuéntame todo ya.
- Ui, qué humos...
Noté su mirada amenazante sobre mí.
- Vale, vale, te lo cuento. No me pegues más - provoqué una risa en ella -. Pues... hemos estado muy unidas desde el día que me encontraste en la plaza hablando con Hugo.
- Uf, no me lo recuerdes - interrumpió.
- De hecho, no había tenido ocasión de darte las gracias - acaricié uno de sus brazos.
- No me las tienes que dar... cuando lo vi gritándote y a ti muerta de miedo, me hirvió la sangre - bufó .
- Imagino... De hecho, Luz me acompañó a poner la denuncia contra Hugo, y me ha estado apoyando muchísimo desde entonces.
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Éxtasis #Luznhoa
Fiksi PenggemarLuz, una de las trabajadoras del restaurante del Hotel LaSierra, se encuentra en una encrucijada amorosa con Paolo, uno de sus compañeros. Además, pertenece a la familia dueña del hotel, lo cual no hace que las cosas sean más fáciles para ella. Pare...