Capítulo 26

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Se acercaba la hora en la que había quedado con Ainhoa, estaba muy nerviosa por su reacción al plan que había pensado. Podía ser un poco precipitado y pensarse que se me había ido la pinza, pero me merecía la pena arriesgarme si todo salía bien. 

Estuve más de media hora escogiendo el outfit para hoy, lo cual era más de lo que debería de haber empleado, ya que no tenía mucho tiempo desde que había acabado el turno hasta la hora que había quedado con Ainhoa. Me decanté por una blusa negra de tirantes con encaje en la parte del pecho, un pantalón pitillo blanco y unas sandalias negras con algo de plataforma. Además, lo acompañé con una blazer color crema, con las mangas arremangadas en la parte del codo. Respecto al maquillaje, decidí escoger algo sencillo: rimmel, un poco de sombra de un color bronceado, y los labios color rojo mate. 

Mi idea era ir a Cercedilla, un pueblo a unos 30 minutos en coche de Vera. Comenzaríamos tomando algo en Old Fashioned. Era un local con bastante ambiente pero a su vez muy acogedor. No había ido nunca, pero había oído hablar muy bien de él. De manera que, ya que íbamos a estar por la zona, era el mejor momento para poder probar uno de sus cócteles sin alcohol que combinaban unos licores sin alcohol con algo de azúcar. 

Después, para cenar, nos dirigiríamos a uno de los restaurantes favoritos de Ainhoa, llamado Le Gros Luxe, donde había un menú degustación perfecto para la ocasión. Además, sabía a ciencia cierta que aunque ya había estado allí, Ainhoa no había probado ese menú y tenía muchas ganas de hacerlo, de manera que seguramente le haría mucha ilusión. El menú consistía en una gran variedad de platos tales como calamares a la llama sobre pan de quisquilla, salmonete con sus cristales de escamas comestibles, bombón líquido de chipirón, pulpo, y una salsa cítrica. Para finalizar, degustaremos un plato formado por nieve de agua de azahar con dátiles, néctar de arrope y flores de jazmín. 

En mi opinión, la ocasión lo merecía, de manera que no me importaba gastarme algo de dinero en esta noche. Además, una buena chef siempre elige los mejores lugares para ocasiones especiales, sin importarle el coste. 

Salí de mi habitación, no sin antes haberme rociado con mi perfume favorito. Una vez abrí la puerta, encontré a mis padres en el salón, ambos sentados en el sofá, viendo una de sus películas favoritas. La verdad es, que envidiaba mucho su relación. Siempre se les veía muy felices, y me parecía precioso el hecho que no habían caído en la rutina de la pareja después de tantos años. 

Pude ver como ambos se giraban, una vez llegaba al salón. 

- ¿A dónde vas tan guapa? - dijo mi madre, mirándome de arriba abajo.

La verdad es, que pocas veces les había presentado a alguna de mis anteriores parejas a mis padres. Y menos aún, les había dado detalles sobre las citas que tenía. Aunque bueno, ¿esto era una cita? No tenía mucha idea, la verdad, pero prefería no rayarme la cabeza con eso en este momento. 

- He quedado - dije, acercándome al recibidor para coger mis llaves -. Por cierto, me llevo el coche, ¿vale? 

- ¿Y eso? ¿Has quedado con algún chico? - levantó las cejas mi madre, llena de intriga. 

- Anda deja que la chiquilla se divierta. No la atosigues a preguntas - intervino mi padre, que se hacía una idea de con quién había quedado, y que no era un chico precisamente.

- Solo me preocupo por ella, Javi - se dirigió a él-. Pásalo bien, cariño. Y ten cuidado con el coche. - dijo refiriéndose a mí. 

Me acerqué a darles un beso en la mejilla a cada uno, me despedí de ellos y me marché por la puerta. Una vez llegué al coche, resoplé cuando me subí en él. De repente, todos los nervios que no habían aparecido hasta entonces, se apoderaron de mí. 

Éxtasis #LuznhoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora