Butterfly. (FreenBecky)

Capítulo 4.

Disfruten:)

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Algunas veces era muy idiota, demasiado, dicen las chicas, me dejaba llevar mucho por mi orgullo y egocentrismo, y constantemente tenía encuentros algo tensos con la mayoría de médicos o enfermeros nuevos en el hospital, era por eso que mi madre me pedía casi en súplicas que me comportara, y era por eso que las chicas la mayoría del tiempo me decían lo cruel que podía llegar a ser.

¿Pero como podía evitarlo? No era mi culpa ser buena en mi trabajo y tener que demostrarlo todos los días.

Darme a conocer era mi propósito y jamás lo lograría si me ocultaba detrás de una pared por miedo.

Jamás he tenido miedo a nada y si puedo enfrentarme a cualquier persona por conseguir mi lugar, lo haria sin pensarlo.

Los rumores sobre nuevo personal estaban comenzando a aparecer por todos los pasillos del hospital, ahora para nadie era un secreto de que pronto llegarían nuevas personas a trabajar, y cuando pensé que mi madre dejaría pasar dichas palabras y chismes, hizo una reunión con todo el personal, dejando a los residentes y enfermeros a cargo de los pisos, solo mientras terminaba de dar la información.

Y por supuesto, yo no pude estar.

Al ser residente debía mantenerme en mi lugar, solo en caso de que llegara trabajo, y ya que tenía el conocimiento que debía, no tendría problema en defenderme ante lo que viniera; agregando también mis otros talentos, así que para mí era pan comido.

La reunión tardaba más de lo habitual y yo ya había dado unas cinco vueltas a todo el piso para estar al tanto de cualquier paciente, Irin estaba en su piso, atenta a cualquier situación, y aunque deseaba ir hasta donde se encontraba para no aburrirme tanto, no tenía permitido dejar el piso tan solitario.

No es como si estuviera sola en el lugar, pero tampoco nos podíamos dar el lujo de dejar el piso solo ante alguna emergencia.

- ¿Cómo sigue el paciente más valiente? -Pregunto mientras ingreso a la habitación, el hombre mayor me mira sonriente mientras su esposa se coloca de pie, saludándome.- ¿Como te sientes hoy, Andre? -Me acerco hasta él para comenzar a hacer el chequeo rutinario, observando la herida en su pecho, clara evidencia de su reciente cirugía, la herida avanza a la perfección, lo que me genera mucho alivio, pues este tipo de situaciones siempre me coloca nerviosa. Sobre todo cuando se trata de pacientes mayores.-

- Tengo comezón. -Es su respuesta.- Pero todo está bien.

- Eso es una buena noticia. -Hablo con emoción, quitando mis guantes.- Todo parece marchar bien, y ya puedo notar que tú rostro se ve mejor. Le preguntaré al doctor Smith cuanto antibiótico tendrás que seguir tomando, y luego de eso serás un hombre libre. Con el respectivo cuidado que debes tener, por supuesto. 

- Eso es bueno. -El hombre habla, recostando su cabeza en la almohada.- Muy bueno.

Finalizó con ambos en la habitación y salgo, tirando los guantes a la basura, siempre era agradable cuando veía una enorme mejoría en los pacientes, aunque algunas veces tardaba más de lo esperado, la emoción en mi interior al ver la sonrisa en ellos cuando se les mencionaba que pronto saldrían del hospital era enorme. Estar en ese tipo de situaciones es algo que nadie quisiera experimentar, pero cada vez que llegaban las buenas noticias, todo parecía mejorar para las personas.

Como si fuera una luz al final del túnel para ellos.

Mi teléfono suena, causando que salga de mis pensamientos y al observar el nombre en la pantalla, frunzo el ceño, pues aquellas llamadas eran algo inusuales.