Butterfly. (FreenBecky)

Capítulo 37.

Disfruten:)

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Dije que me lo tomaría paso a paso, incluso Freen me lo repite una y otra vez, pero no puedo evitar sentirme nerviosa al saber que, estando aquí, puedo sacar todos aquellos traumas que mi cerebro se niega a mostrarme; creo que gran parte de mi no quiere llegar a eso, pues se, que en cuanto descubra la verdad, probablemente me arrepienta por saberlo... O tal vez no, realmente no lo sé, porque no entiendo cómo es mi cerebro algunas veces.

Además, sumando la ausencia de Freen casi puedo decir que estoy por llorar en cualquier momento.

El congreso finaliza hoy y ella probablemente llegue mañana temprano, me menciono que iba a descansar antes de emprender el viaje, ¡pero yo quiero que esté aquí ya!

Tengo que tomarme las cosas con calma, lo sé, pero me es imposible cuando tengo tanta ansiedad dentro de mi.

¿Megan de verdad me ayudara?

Esa pregunta ronda en mi cabeza una y otra vez, pero yo no puedo encontrar respuesta alguna.

Muevo mi pie con desesperación mientras muerdo mi uña, mirando las paredes frente a mi, hoy tendría turno nocturno, así que decidí aprovechar para tomar terapia por la mañana, y así poder pasar el resto de horas con la madre de Freen. Mi novia no sabe de mi secreto, no le he mencionado que he visto a su madre, ya que ella espera presentarme "oficialmente"; pero tenía dentro de mi una enorme necesidad de pasar tiempo con la mujer mayor, como si de algún modo, ella pudiera conocerme incluso en sus sueños.

Y si despierta, espero ser familiar para ella en cuanto me vea.

La recepcionista llama mi nombre, causando que salte del susto por lo concentrada que estaba en mis pensamientos, me sonríe amablemente y luego señala la puerta, dándome a entender que ya puedo ingresar; el ambiente familiar nuevamente llega a mi en cuanto ingreso a la oficina, Megan está sentada mientras lee un libro, y al mirarme, cierra este, sonriendo con alegría.

Tomo lugar en el sofá, y sin decir nada, ella me sirve una taza de café; el olor agradable llega a mis fosas nasales, así que me siento un poco más cómoda, pues no cualquier terapeuta hace algo como aquello. Su forma tan amistosa de ser es algo que me gusta, pues genera mayor confianza en lo que es paciente-doctor, y considerando lo desconfiada que puedo llegar a ser con mis cosas, Megan ha hecho que pueda hablar con ella con mucha facilidad.

- ¿Como estas hoy, Becky? -Pregunta, entregando en mis manos la taza de café.-

- ¿Esa es una pregunta de rutina? -Elevo una ceja, y ella se ríe, asintiendo.- Eso es triste. -Nuevamente ríe, bebiendo café.-

- Me disculpo, supongo que es la costumbre. Sin embargo, saber el bienestar de mis pacientes es muy sincero. -Explica, cruzando sus piernas para dejar la taza sobre la mesa, tomando luego un cuaderno junto a su bolígrafo.-

- Siempre me he preguntado que tanto anotan ustedes. -Indago, dejando la taza sobre la mesa para recostarme en el sofá.- Quiero decir, ¿que tanto escriben? ¿Los síntomas del paciente? ¿Su nivel de problemas?

- Te seré sincera. -Abre una hoja en específico del cuaderno y luego, lo gira para enseñarmelo.- Solo hago líneas sin sentido. -No puedo evitar reírme al ver aquella hoja, con varios garabatos como los de un niño pequeño, sin sentido.-

- Oh, vaya. -Cruzo mi pierna, mirándola.- Mi teoría por el suelo. -Ambas nos miramos por varios segundos, y luego, Megan regresa a las páginas principales, tamborileando el bolígrafo sobre la hoja.- O tal vez no. -Ella se inclina de hombros.-

- Son secretos. -Ella susurra, entrecerrando sus ojos.-

- Para ti debe de ser sencillo ocultarlo, es fácil este trabajo. -Le digo, tomando un cojín y así poder abrazarme a este.-