El multimillonario CEO nunca planeó casarse, hasta que la amenaza de chantaje lo obliga a comprometerse con un hombre que apenas conoce: Park Jimin.
No importa lo encantador que sea. Hará todo lo que esté en su poder para destruir su compromiso.
S...
Todavía no habíamos llegado a un punto crítico. Lo que se había hecho a Park's Company era reversible, pero el reloj de la operación estaba en marcha. Pronto estaría fuera de mis manos.
—Lo haré —dije—. Sin manipulación por parte de tu padre. Sin preguntas. Solo di la palabra.
Quise decir lo que dije la otra noche. Lo amaba más de lo que jamás odié a Naun, y si estar con él significaba tener que salvarlo, lo haría sin dudarlo.
— ¿Por qué hacer eso cuando te tomaste todas estas molestias para castigarlo?
—Porque ya no me importa el castigo ni la venganza. Me importas tú.
El brillo de sus ojos se intensificó. Un pequeño temblor le recorrió cuando le pasé el pulgar por la mejilla, la comida y la película olvidadas.
Jimin no me devolvió el toque. Pero tampoco se apartó.
—¿Qué estamos haciendo, Jungkook? —susurró.
Mi pulgar viajó hacia el sur y rozó la curva de su labio inferior.
—Estamos resolviendo las cosas como lo haría cualquier pareja.
—La mayoría de las parejas no son tan disfuncionales como nosotros.
—No hay nada malo en un poco de disfunción. Mantiene las cosas interesantes. —Sonreí ante su suave resoplido antes de volver a ponerme serio—. Vuelve a casa, amor mío. Puedes tener tu antigua habitación si no te sientes cómodo durmiendo en la nuestra todavía. —Tragué saliva—. So Jo te echa de menos. Sungwoo te echa de menos. Yo te echo de menos. Mucho, maldita sea.
Jimin respiró entrecortadamente.
—¿De verdad crees que es tan sencillo? ¿Me vuelvo a mudar y todo se arregla?
—No. —Estábamos metidos en un lío tremendo, y yo no era tan ingenuo—. Pero es un primer paso. —Retiré mi mano y rocé mis labios sobre los suyos, lo suficientemente ligero como para robarle una pizca de sabor—. Tú y yo, cariño. Ese es el destino. Y estoy dispuesto a dar todos los pasos que sean necesarios para llegar allí.
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