Capítulo XXIII

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Narra el narrador

La luz del día se iba poniendo ya en el horizonte, anteponiéndose los últimos rayos del sol sobre la oscuridad rugiente más allá de las murallas de Mordor. La negrura que reflejaba la maldad del Señor Oscuro se iba poco a poco expandiendo, como dando a entender que la hora decisiva había llegado.

Las aguas del río Anduin bajaban de manera regular, con fuerza y el vigor que caracterizaba a la franja de agua que iba desde el norte de la Tierra Media hasta desembocar en el ancho mar. Ya cerca de su curso final se hallaba las tierras que pertenecían al reino de Gondor, último feudo creado por los restos que quedaron de los Númenóreanos de la antigua isla de Númenor.

Sus tierras se extendían desde ambas orillas del Anduin en el este hasta las Pinnath Gelin en el oeste. Al sur delimitaban con el mar y al norte con el reino de Rohan y las Ered Nimrais, una cordillera montañosa que separaba gran parte de ambos reinos.

No obstante la verdad era que Gondor ya controlaba poco de la orilla derecha del río, quedando unos pocos focos de resistencia ante el poder de Mordor en ese lado. Las huestes de Sauron azotaban las defensas del mayor reino de los Hombres con fiereza y fuerza, golpeando insistentemente sobre dos grandes puntos: al norte, Cair Andros, y un poco más al sur, Osgiliath.

Quién tenía la tarea de plantar cara ante la adversidad y el mal del Señor Oscuro y sus legiones era el capitán Faramir, líder de la resistencia en Osgiliath e hijo menor del Senescal Denethor, regente de Gondor como los anteriores Senescales tras la caída de los Reyes.

Las pocas nubes que quedaban parecían intentar impedir a la oscuridad del Este adentrarse más en el mundo de los Hombres, dando algo de consuelo a los agotados y extenuados defensores de Cair Andros. Durante semanas habían librado incontables y exhaustivas batallas contra las huestes de orcos de Mordor y los hombres del Este, los jinetes de Khand, los temibles variags, habían atacado sus posiciones con sus arcos de manera insistente.

El valor de la guarnición se mantuvo estable debido a la idea bien interiorizada de que si caían ante la sombra oscura de los esbirros del Enemigo nadie los podría detener hasta llegar a Minas Tirith y más allá, peligrando la propia supervivencia de Gondor. Pero su vigor fue golpeado duramente en dos ocasiones, una más fuerte que la otra: la primera fue al conocer que el capitán Faramir ordenaba que quinientos de sus compañeros de armas se desplazasen hacía Osgiliath para reforzar la guarnición allí, ya que los ataques de los orcos se habían intensificado; la segunda, y más dura que sintió el alma de los defensores, fue cuando su capitán fue herido producto de una flecha disparada desde la horda de orcos que los atacaron hacía ya tres días.

Ante la herida de su líder la moral flaqueó, pero se pudo sostener lo suficiente como para forzar a retirarse a la horda invasora, celebrando poco el jubilo de la victoria ante tal golpe que recibieron. Desde entonces lo pocos sanadores que contaban estaban librando una batalla continúa para salvar el máximo número de vidas posibles. La cantidad de heridos que tenían era abismal, solamente quedaban un tercio de los efectivos listos para continuar una resistencia numantina ante el peligro que los acechaba desde el Este.

La situación era mala, tanto que se corrían voces entre algunos de claudicar, abandonar las posiciones y refugiarse tras los muros de la capital. Aunque la idea no era mala debido a la pobre cantidad de víveres que les quedaba y la población aterrorizada que protegían, no podían ceder terreno ante el Enemigo y dejar expuesto el flanco del capitán Faramir. Si Cair Andros caía Osgiliath sería la siguiente.

Pero lo que más dejaba intranquilo a los soldados de Gondor era el silencio con el cual las huestes de Mordor les habían dado tras su último intento de tomar la fortaleza. Por mucho que tuviesen el río de su lado no podrían ganar ante el número aplastante de enemigos. Por lo que les era extraño que no redoblasen sus esfuerzos ante la caída de su capitán, cosa que los asustaba por cada día que pasaba.

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⏰ Última actualización: Dec 08, 2023 ⏰

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