Preocupado

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Tom solía tomar, y mucho.

Su borrachera era fatal, llegaba a casa desorientado, sin saber ni siquiera su nombre, y tampoco teniendo idea de en donde estaba.

Esta vez volvió a salir a tomar, no se lo negaron pues sabían que él siempre volvía antes de las 2 de la mañana, y hasta llegaron a turnarse para esperarlo en la sala de estar.

Sin embargo, no volvió y ya iban a marcar las 3 de la mañana.

-Por que no ha llegado… - Susurraba ese tipo de cosas el extranjero, desesperado de tanto esperar, solo quería volver a su cama y dormir.

El noruego estaba ya pensando en lo peor que le pudiera haber pasado a un chico desprotegido y borracho, y gracias a eso se empezó a desesperar mucho más.

Hasta el punto de que él mismo decidió ir a buscarlo a dónde sea que se haya extraviado.

Se levantó del sofá y acomodo su hoodie rojo, sabía que Tom iba siempre al mismo bar debido a que era el más cercano y por que ya se convirtió en amigo del bartender de ese lugar. Así que, solo quedaría buscar por el camino o de plano dentro del bar.

. . .

Ya caminaba por la vereda, sus manos dentro del bolsillo del hoodie y el gorro cubriendo su extravagante peinado de cuernos.

Maldecía que Tom sea un alcohólico al cual no le importaba la resaca del próximo día, y solo deseaba emborracharse con varias botellas de vodka, especialmente ese vodka ruso nombrado Smirnoff.

Siempre se preguntó qué tenía de especial, nunca lo veía tomar de otra marca que no sea esa, aunque solo hacía excepciones si es que no había otro tipo de alcohol que tomar.

Divagaba en sus pensamientos que no noto la figura de alguien caminar a paso lento en su dirección, y cuando estaba apunto de reaccionar esa persona se dejó caer a los brazos del noruego.

Definitivamente era Tom, después de todo el azul de su hoodie lo delataba.

-... Hey, Thomas… - Soltó un suspiro al notar el rostro típico de un borracho a punto de desmayarse, sujeto por la cintura a su amigo, dándole palmaditas en la espalda.

-Te tengo. Volvamos a casa, no quiero escuchar como Edd te regaña. - Le susurro, ahora que Tom aflojo su cuerpo dejándose controlar como una muñeca de trapo, Tord simplemente lo cargo como caballito.

Finalmente podría volver a dormir, ahora con sus pensamientos más tranquilos.

Tabaco y Alcohol [TordTom]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora