𝑆𝑢𝑗𝑒𝑡𝑜 𝐴-𝟕: 𝑟𝑒𝑐𝑢𝑒𝑟𝑑𝑜

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ADVERTENCIA:

Este capítulo y el siguiente contienen escenas de suma tensión, escenas un poco desagradables y algo fuertes debido a que hay mención de sangre, mutilaciones y órganos fuera del cuerpo o cosas fuera de lo normal. Así que, si no es de tu agrado o no lo logras leer, te agradecería mucho si saltas hasta el próximo capítulo donde no tenga esta clase de anuncio.
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8 años antes

Ecola State Park, Oregon, Estados Unidos

Un pequeño niño delgado y rubio se encontraba jugando en el bosque, buscando algún hongo extraño y venenoso para añadirlo a su colección con ayuda de su familia. Portaba una playera gris junto a un pants azul marino y una chamarra con capucha del mismo color, pero toda su ropa tenía las mismas siglas en color blanco: Boglōv Industries. Y al estirar la mano derecha se le podía notar un tatuaje, unas palabras que hacían que lo pudieran identificar con facilidad en aquel edificio: Sujeto A-7 'Victory'.

Al encontrar un hongo sumamente extraño, con forma de una pequeña casa pero con una pequeña capa con forma de panal, permitiendo que pase el aire entre sus pequeños agujeros y logrando hacer sonar una pequeña melodía que sólo los animales podían alcanzar a percibir, pero que él lo lograba gracias a su oído mayormente desarrollado.

Con ayuda de un par de guantes, tomó la cabeza del hongo y cortó la base con una navaja para poder colocarlo en una bolsa que colgaba a un lado de su cadera. Siguió caminando por aquel bosque que, sabía, le encantaba a su hermana mayor.

Avanzó cerca de 4 a 6 metros de distancia cuando se encontró con una persona frente a él, sólo que este producía un ruido raro desde su boca y que era casi gutural. No se asustó al ver su pierna rota, el hueso de su brazo salir del codo, que parte de su boca no tenga piel ni que su ojo estuviera fuera de su cara, colgando de los músculos que lo mantenían en su lugar. Pero, sobretodo, no lo asustó el hecho de que se encontrara cubierto de sangre y que su ropa esté totalmente desgarrada y gastada.

--Hola --saludó el pequeño notando que aquel hombre se encuentra a 2 o 3 metros de distancia.

Era demasiado cerca.

--¿Está bien? --le preguntó, pero no obtuvo respuesta, sólo ese ruido gutural--. ¿Necesita ayuda?

En ese momento, el hombre que desconocía empezó a avanzar en su dirección, pero a pasos muy lentos.

--Si la necesita puede acompañarme, mi familia encontrará la manera de hacer que se recupere --comentó con la esperanza de poder volver a donde vivía.

Aunque, una vez que estuvo a tan sólo unos pasos de él, notó que su ropa decía Yin-Hu Laboratories. Recordaba que hace poco se habían adentrado al edificio central de ese laboratorio para poder averiguar lo que hacían y la razón del que tantas personas hayan desaparecido en un lapso de tiempo tan corto. Pero no habían obtenido ninguna respuesta. Al menos, no una que los convenciera de dejar el laboratorio como si nada pasara; así que abrieron todas las habitaciones y rejas que tenían dentro durante la noche, pero nunca supieron el verdadero daño que provocaría el liberar a todas esas personas.

Ese día, Alexa sólo pudo encontrar una pantalla con unas palabras: Mana runa. Se encontraba en rojo y parpadean constantemente mientras unas palabras se iluminaban debajo de estás: Peligro, no liberar. Pero ella no le tomó tanta importancia porque no sabía con exactitud a lo que se refería.

Los 7 experimentos exitosos (Vol. 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora