Dark Blood ; Bite Me

05

Canción del capitulo: Cinnamon Girl -- Lana del Rey
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"NIÑA FELIZ"

🥀SUNGHOON🥀

Jiwoon era una niña que nunca dejaba de sonreír, la seguí un tiempo cuando tenía cuatro años. Fue difícil encontrarla, era una aguja clavada en un rancho de pajares.

Aun así, siempre hubo algo que la diferenció entre la multitud, lo supe desde qué la vi por primera vez después de cincuenta y cuatro años esperando su regreso, cincuenta y cuatro años desde la última batalla en el altar de la luna.

Cuando Sooha se sacrificó para salvar la vida de Heli, no era solo Sooha sacrificándose por el amor que le tenía a Heli, a su caballero que la había protegido tantas veces y ahora era su turno.

Vi como la vida se le iba en un último respiro, un último respiro que utilizo para agradecerle y proteger a Heli. Fue ahí cuando lo entendí todo.

Era más que solo la reencarnación de la princesa Selen a la que debíamos proteger ciegamente por haber bebido su sangre en nuestra vida pasada.

Fue mi corazón el que tomo la decisión, fue todo mi ser el que se entregó a ella en cuerpo y alma, si es que alguna vez la tuve.

Sooha fue la primera mujer en mi larga vida que había llamado completamente mi atención. Yo la amé siendo Selen, me volví a enamorar cuando era Sooha, incluso renaciendo, ella fue mi todo y será así por toda la eternidad, hasta que vuelva a ella.

Pasamos momentos difíciles, cuando no pudimos salvar a Sooha la envidia y avaricia nos cegó, poco a poco nos distanciamos hasta el punto de que el nombre de mis hermanos solo fue un recuerdo en mi memoria, uno muy doloroso que poco a poco desaparecía con el tiempo.

Cuando estaba hundido en un mar profundo de oscuridad, en un día más, en la vida de alguien al cual la vida le parecía completamente innecesaria, irrelevante y sobre todo, nunca volvería a valer la pena vivir en este plano terrenal.

Fue entonces cuando la encontré, una euforia inimaginable me invadió.

Mi cuerpo respondió naturalmente a ella, seguí su rastro totalmente embriagado y sediento, pero lo que encontré me tomo desprevenido.

Era una niña, un bebe, apenas tenía un par de años de edad, aún así la observé desde lejos, desde las sombras.

Una pequeña y frágil mariposa saltando de un lado a otro, ajena a todo su poder. Su cabello suelto revoloteaba de un lugar a otro, pero, algo llamo mi atención.

Debajo de sus cristalinos ojos, las ojeras llamaban la atención, le quitaban el protagonismo a su bello rostro.

Al hacerlo descubrí que su madre nunca la dejaba sola, supongo que era una actitud totalmente normal para una madre.

Cuando sus ojos me miraron, inmediatamente me di cuenta de que esta no era una vida muy buena, tal vez, ese era el precio por haber nacido como una princesa en su antigua vida.

Es un karma muy caro de pagar, algo que su alma viene arrastrando desde hace siglos.

Entonces la pequeña se acercó a mí ,un día que la seguía como acostumbraba

—Hola pequeña Jiwoon —dije tímido, con un nudo en la garganta, ahogándome en angustia propia. Me arrodillé frente a ella como lo hice tantas veces en el pasado.

—¿Cómo sabes mi nombre? —sus ojitos cafés se agrandaron asombrados, con esa expresión tan característica de pura inocencia.

—Porque soy un fantasma— una pequeña mentira piadosa no le hará daño ¿Verdad?