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"SEGUNDOS PLATOS - PARTE 2 "

🧸JIWOON🧸

Después de asimilarlo y meditarlo bien decidí ir al hospital, la ansiedad y miedo no son capaces abandonarme, aún le tengo miedo, creí que después de tanto tiempo sería capas de enfrentarlo.

Pero no estoy segura de poder hacerlo.

Sé que no estaré sola, Sunghoon me acompañará en cada momento, además de la seguridad del hospital, el personal de salud y probablemente los policías adicionales qué lo vigilen.

Una parte de mí teme por mi vida, mi padre es un verdadero monstruo, sé que encontrara la manera de hacerme daño.

Sunhoon espera pacientemente a que esté lista para bajar del auto, aún tengo algo que confesarle, necesito contárselo antes de que no pueda hacerlo después.

Suspiro pesadamente antes de comenzar a hablar.

-¿Recuerdas las cicatrices en mis brazos y piernas? -inmediatamente Sunghoon pone toda su atención en mí, me mira apenado, pero, aquella noche, cuando me beso supe que lo había descubierto, fue muy evidente cuando intentaba no tocar las cicatrices.

Sunghoon asiente con la cabeza.

-Cuando era niña, mi padre me recogió temprano de la guardería con la escusa de llevarme al médico-comienzo a hablar, mi mirada se mantiene fija en sus ojos, no quiero que me deje de ver de la manera en la que lo hace -La señorita Han sospecho de él, así que llamo a mi madre, pero, cuando ella llegó a casa yo estaba dentro del horno.

Sunghoon frunce el ceño, su mandíbula se tensa y tiene esa mirada de enojo qué lo caracteriza, aprieto los labios, mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas.

-Mi padre siempre fue así- sonrío con desprecio -Siempre intentó hacernos daño, pero esa fue la primera vez en mi vida que comprendí el monstruo que era ¿Quién en su sano juicio enciende el horno a la temperatura más alta, va por su hija de cuatro años y la obliga a entrar en el para cocinarla viva?

Un sollozo se me escapa al recordar, cubro mi cara avergonzada.

-Un monstruo -Sunghoon me da la razón, toma mis muñecas quitándolas de mi rostro.

Toma mi rostro entre sus manos, con sus pulgares limpia suavemente mis lágrimas.

-No te avergüences -su mirada seria me estruja elmn e pecho, sonríe a penas dándome alivio -Tú no hiciese nada malo.

Acerca su cara a la mía para besarme, al instante que sus labios tocan los míos me relajo, es un don qué solo el tiene.

-¿Estás lista? -dudo un poco, oscilo la mirada entre el hospital y él, asiento con la cabeza.

Bajamos del auto, instintivamente tomo la mano de Sunghoon, a pesar de que él es el vampiro en esta relación sus manos siempre están tibias, en comparación al las mías.

Las luces blancas del hospital me molestan, aún me duele la cabeza, después de una crisis, el cuerpo queda agotado, como si hubieras corrido un maratón en una pésima condición física, al menos, así son para mí.

-Buenas tardes, busco al paciente recluso que trajeron de la prisión...

-Haaaa Claro, debes ser su otra hija -frunzo el ceño confundida. ¿Otra hija? -Por favor, síganme.

Obedecemos sin darle mucha importancia, pronto estamos en el primer piso del hospital, cada habitación alberga por lo menos cuatro pacientes, pero, la habitación de mi padre se sobresalta por sobre todas las demás, es la única con oficiales de policías haciendo guardia.

Dark Blood ; Bite MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora