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🧸JIWOON🧸

Sunghoon atravesó con su espada al hombre pelirrojo que mato a todos en VW Editorial, mi situación mental en estos momentos tampoco está en sus mejores condiciones, de por sí estoy en un estado de shock, esto lo complementa.

No había visto a nadie morir frente a mí desde que tenía cuatro años, mucho menos con un arma tan mítica como lo es la auténtica espada que Sunghoon utilizó.

Sunghoon y yo cabalgamos por un par de horas que parecen ser una eternidad hasta las afueras de la ciudad hasta llegar a una bodega abandonada.

—¿Qué es este lugar? —pregunto cuando Sunghoon detiene el trote del caballo, él baja con agilidad ofreciéndome sus brazos para ayudarme.

—Aquí me escondía cuando quería estar solo — Sunghoon me ayuda a bajar del caballo, al hacerlo me lastima un poco las costillas. Cuando caí por las escaleras me lastime y estoy algo adolorida —¿¡Estás bien!?

Me pregunta alarmado, observándome de pies a cabeza, niego con la cabeza con rapidez.

—Estoy bien —lo tomo de las manos para que me crea, la expresión en su rostro me desarma, tiene esa nostalgia y tristeza que a veces se instala en sus bellos ojos rasgados, esto tarda días en desaparecer de su mirada, es agobiante, tanto que siento el nudo en mi garganta instalándose rápidamente, impidiéndome hablar con fluidez —Estoy bien

Repito no muy segura de mí misma.

<<—Princesa —la voz de Dakho suena dentro de mi cabeza como si fuera un pensamiento.

Inmediatamente, mi mirada viaja hasta el imponente caballo negro que nos trajo sanos y a salvo hasta aquí.

—¿Mmmhmm? —pregunto acercándome a él, con la mano acaricio el pelaje sobre su cuello.

<<—Ya es hora de irme —la voz de Dakho me responde con tristeza —Espero más que nadie que encuentres las respuestas que estás buscando...

Asiento con la cabeza, ignorando el dolor pensante que siento en el pecho. No me gustan las despedidas.

—¿Sunghoon me ayudas? —me giro para mirarlo, él mantiene el ceño fruncido, pero aun así asiente con la cabeza ayudándome a quitarle la silla de montar.

—Gracias —escucho a Sunghoon susurrarle mientras le quita las riendas del hocico.

Ambos nos alejamos de Dakho antes el antiguo Dios lobo llamado Vargr, él camina unos metros alejándose de nosotros, pero se detiene, antes de comenzar a correr nos hace una reverencia que le correspondemos completamente agradecidos.

<<—Cuídate princesa —le escucho por última vez antes de verlo correr, adentrándose en el tupido bosque que nos rodea.

—Vamos —Sunghoon me toma de la mano jalándome ligeramente para que comience a caminar.

Sunghoon empuja la enorme puerta de metal frente a nosotros, dejándome pasar primero, dentro de la bodega la soledad y el abandono es evidente, apenas entramos.

Está tan descuidada, hay telarañas por todas partes, todo está cubierto con una densa capa de polvo, pero aun así, esto es mucho mejor que el edificio en llamas que dejamos atrás.

Sunghoon se adelanta con rapidez acomodando y sacudiendo rápidamente los pocos muebles funcionales que hay regados por la bodega, una mesa con dos sillas, un viejo sofá color rojo y algunas mantas es lo único que se puede rescatar de todo esto.

—Es seguro —Sunghoon se acerca a mí sacándome de mi trance, sacudiéndose las manos en el pantalón para después colocarlas sobre mis hombros —No van a encontrarnos aquí, lo prometo...

Dark Blood ; Bite MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora