Capítulo 1.

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Capítulo 1.

-¡Papá!- no hubo respuesta -¡Papá!- nada -Por Dios- exclame para mí misma -Papá!- grite frustrada por última vez consiguiendo la atención de mi padre.

-¿Qué pasa hija, que son esos gritos?- pregunto aturdido, mi padre, era un señor de ya cincuenta y tres años y a su edad aún era muy activo y trabajador, me miro con fijo con sus ojos tan idénticos a los míos en la espera de una respuesta.

-Llego esta carta para ti- dije pasándole el sobre.

Mi padre se había quedado perplejo leyendo el contenido de aquel sobre blanco, yo solamente tenía diez años así que no sabía con exactitud lo que pasaba con el trabajo de mi padre.

-¡Luz! ¡Luz querida creo que tendrán que empacar!- mi madre apareció desde la cocina con la cara perpleja y una mirada de confusión total.

-¿Qué ha pasado?- pregunto ella extrañada.

Mi padre se giró hacia mí, con la sonrisa mejor fingida que podía tener -Dany, mi amor iras de vacaciones con tu madre, empaca tus cosas ¿sí?- su petición más pareció una orden desesperada.

Mi madre se tensó y empezaron a hablar de algo que no entendía, solo escuche que le reclamaba por no dejar ese ¿trabajo? No sabía con exactitud a lo que se referían, subí a mi habitación e hice una maleta con mi ropa, la verdad no tenía tanta mi armario estaba compuesto por seis blusas, dos faldas, dos vaqueros, cuatro vestidos unos tenis y un abrigo rosa, no teníamos tantas cosas, pero nunca me importo, al contrario, éramos felices así, ahí.

Cuando bajé mi padre estaba en la sala y mi madre estaba terminando de hacer su maleta.

-Dany cielo, ven- pidió mi padre desde su sitio.

-Dime- dije acercándome a su sitio.

-Ten, quiero que lleves esto a todas partes sin importar nunca nada- dijo marcando su acento colombiano en cada palabra, si mi padre era colombiano, tendió su mano en la cual había un collar con un dije dorado pequeño en forma de corazón con nuestros nombres grabados era una prenda que parecía carísima y muy delicada -Tenía la intención de dártelo el día de tus quince años, pero... te lo doy hoy como muestra que pase lo que pase siempre estarás en mi corazón- completo dándome un beso corto en la sien.

Quise decirle que gracias, pero se puso en pie y se marchó, dejo escapar un sollozo mientras lo hacía así que deduje que estaba llorando, me di la vuelta y sobre la mesa de sala se encontraba el sobre que le había dado horas atrás, entonces lo supe, mi padre trabajaba para un cartel de mafiosos pero claro en mi inocencia yo no sabía que carajos era un cartel de mafiosos, ni siquiera sabía que era un mafioso ni entendía ni una palabra de los que explicaba ahí, todo era negocios, negocios, negocios y al parecer tenían una "tarea pendiente" imagine mil cosas distintas cuando leí esa parte, en la carta le decían que no se preocupara por su esposa e hija ósea yo y mi madre, que estarían a salvo en una casa de seguridad en Colombia.

Así descubrí el motivo de nuestro viaje, así descubrí el verdadero trabajo de mi padre y como lo perdí porque está claro que nunca lo volví a ver, al menos no con vida y así empieza esta historia, así empieza la historia de como lo conocí y como me embarqué en esta nueva forma de vivir.

(diez años después).

-Hoy volvemos a México ¿no?- mi madre se detuvo en seco al oír que lo decía de una forma nostálgica.

-Si, después de... después de tantos años, hoy volvemos- afirmo ella.

-¿Has tomado tu medicamento?- pregunte mirándola.

-¿Eh?... sí lo tome-

-Vamos mamá, no me mientas, debes beberlo no quiero que tengas una crisis de nuevo- le regañe.

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