El Visitante

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Hyunjin ingresó a su casa. Era tan reconfortante volver a su hogar y que Kkami lo recibiera como siempre, queriéndole morder los dedos gordos del pie. Su hermano mayor estaba sentado en uno de los sillones y reía junto a su madre. Era una escena extraña pero volver a estos tiempos era magnifico. Él se levantó del sillón y abrazó a Hyunjin, contento de volver a verlo.

- Te traje un regalo.

- ¿Dónde estabas? – preguntó curioso Hyunjin, queriendo saber dónde se había metido todo este tiempo.

- No importa, tomá.

El hermano de Hyunjin sacó de atrás de su espalda un libro y se lo dio. La tapa del libro mostraba la figura oscura de un hombre de pie pero de cabeza, ya que era el reflejo de alguien en un lago: "El visitante", de Stephen King. Hyunjin se sorprendió.

- ¿Un libro de terror?

El timbre de la casa sonó. Hyunjin miró la puerta cerrada, extrañado. ¿Acaso alguien sabía que habían vuelto a Jamsil? El timbre volvió a sonar y él corrió hacia la puerta para abrirla. Sus ojos se agrandaron de par en par cuando vio a Félix.

- ¿Lix?

Félix sonreía, radiante, con remera blanca, campera de roja y jean claro. Su melena rubia brillaba por el sol que lo escoltaba. El timbre volvió a sonar, pero Félix mantenía sus manos detrás de la espalda, ¿cómo podía estar haciéndolo sonar él? Lix sólo sonreía y no decía nada, pero el timbre no dejaba de sonar.

Hyunjin abrió sus ojos.

Ah...gracias a Dios era sólo un sueño.

La cabeza de él dolía y su cuerpo pesaba, pero no del cansancio, sino porque tenía a Félix, abrazándolo y las piernas de él, entrelazadas con la suyas. Y de inmediato Hyunjin recordó el beso. CARAJO.

El sonido del timbre despertó a Chan. Su cabeza literalmente explotaba. ¿Cómo podía ser que le doliera tanto? Pero mientras se intentaba incorporar en su cama – con los ojos aún cerrados - iba recordando cómo fue tomando vaso tras vaso de cerveza y de seguro algunos otros tragos más. Algo lo detuvo y lo volvió a arrastrar hacia la cama, y Chan no tuvo más opción que abrir sus ojos. Cuando él los abrió, se encontró con la cara de Seungmin a dos centímetros de la suya. ¿Qué carajos...? Pero mientras más despertaba, más recordaba que él mismo le había pedido a su amigo que se quedaba a cuidarlo, y eso es lo que hizo Seungmin. Sobre todo cuando el estómago de Chan se revolvió todo y lanzó la mitad de lo que había consumido en el tacho de basura de la habitación. Pero el cesto ahora estaba limpio y en el lugar de siempre. Chan miró a su amigo. Este había quedado con la mano cerca de su cabeza y recordó que cuando Chan logró conciliar el sueño, Seungmin le acariciaba el cabello. Él sonrió.

El timbre volvió a sonar una vez más y ahora fue Seungmin quien despertó, algo desconcertado de donde estaba, hasta ver a Chan y ubicarse en tiempo y espacio.

- Me quedé re dormido, perdón...

- ¿Perdón?

Chan rio y se puso de pie de inmediato, estiró sus brazos y su remera se levantó tanto que dejó ver las abdominales de su cuerpo. Seungmin no pudo evitar y lo miró. Nadie podía negar que Chan tuviera tremendo cuerpazo. Este miró a la puerta de la habitación.

- No sé quien carajo molesta tan temprano pero creo que ya sonó como cuatro veces, voy a ver...

Seungmin también se puso de pie e intentó acomodar su despeinada melena castaña.

- ¿No será YongBok?

- No, si él siempre estuvo acá...

Chan salió de la habitación y se dio cuenta que sus piernas temblaban. ¿Acaso acababa de pasar la noche con Seungmin y casi abrazados? La noche sí que había sido alocada. Chan hubiera pensado que quien tocaba timbre podía ser: el cartero, uno de los chicos de equipo, algún compañero de abogacía, el verdulero con el pedido semanal, cualquier persona menos quien estaba tras la puerta.

Miroh - SKZ Temporada 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora