Siempre algunos ganan y otros pierden.

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Chan se encargó de golpear las cuatro puertas de la residencia para sacar a su equipo de las camas, mientras Félix – que había llegado con él – dormitaba en el sillón del living, vestido ya con la ropa azul de entrenamiento. Hyunjin fue el primero en bajar del dormitorio cuando vio a Félix en el sillón. Él se quedó sorprendido de verlo y entró en pánico al recordar cómo se escapó de la casa del terror después del beso. Hyunjin caminó lentamente hasta el sillón y le dio la vuelta. Félix dormía con las manos entrelazadas arriba de su abdomen. El rostro de él mostraba mucha paz y tranquilidad, así que el morocho se fue acercando lentamente para poder hablarle y que nadie escuchara.

- Lix... ¿estás despierto?

Félix abrió los ojos y lo miró fijo. Por inercia, Hyunjin se alejó de inmediato, pero los dos fueron interrumpidos por los demás chicos bajando la escalera de forma muy ruidosa.

- Hola Hyunjin – habló el rubio con su voz de ultratumba matutina.

- A desayunar, ¡todos! – exigió Chan, siendo el último en bajar la escalera, para asegurarse de reunir a todos -. Félix, vos también.

Félix no le sacó los ojos de encima a Hyunjin mientras se levantaba del sillón.

- Sí, Chan.

El rubio pegó media vuelta y fue directo a la cocina, aunque deseaba hablar con Hyunjin sobre el beso de la noche anterior, en el fondo estaba aterrado que lo rechazara devuelta. Y Hyunjin también tenía muchas ganas de hablar con él y poder aclararle el hecho de que por qué escapó así, luego del beso, pero Chan no los dejó. Todos, incluido Changbin con tremenda resaca y Han con los ojos más hinchados que nunca - pero con Minho sin soltarle la mano - desayunaron potente y fueron directo al predio de la universidad.

El entrenamiento duró aproximadamente dos horas y media y decir que fue extremo, era quedarse corto. Todos jugaron por igual, ya que Chan no se decidía aún por el equipo, iba a ser uno de los partidos más importantes y en su mente había solo una opción: ganar.

Pasado el mediodía almorzaron sanamente todos juntos de vuelta y luego Chan los liberó para que se dedicaran a las tareas, pero se llevó consigo a Lix para que este no se distrajera con Hyunjin. Chan todavía no dudaba mucho de una posible relación entre ellos, más bien le preocupaba que por ser tan amigos se dispersaran demasiado.

Luego de demasiadas horas de estudio encerrado en su cuarto, Félix corrió los libros y carpetas de su visual y agarró el celular. Faltaba poco para el horario de la cena y escuchaba barrullo femenino proveniente de la cocina. No tenía mensajes nuevos. ¿Por qué Hyunjin no le hablaba? Si había sido él que lo había besado primero, para – como susurró en la habitación – sacárselo de la cabeza. Menuda idea besar a alguien para dispersas dudas. Si uno no va a la montaña... pensó.

Félix buscó el chat de Hyunjin y comenzó a escribir. No lo increparía ni le haría reproches pero... lo que hubiera dado para hablar a solas con él en persona, para poder ver cómo reaccionaba, pero si quería hacerlo en este momento, ésta era la única opción.

El celular de Hyunjin sonó y él supo al instante que sería Félix. Los seis integrantes de la residencia cenaban todos juntos y en un extremo silencio: el cansancio se había apoderado de ellos y por orden de Seungmin todos se irían a la cama en exactamente una hora, ya que había que madrugar.

Hyunjin agarró de forma tímida el celular y abrió el chat, intentando poner la pantalla de costado para que nadie la viera, aunque estaba sentado en una de las cabeceras de la mesa, justo frente a Minho, y Han era quien estaba a su lado. Desde la noche anterior Han se había portado muy amable con él y Hyunjin estaba seguro que a este no le interesaba la relación que podría tener con Félix. Pero lo que él no sabía era que Han estaba –casi – al tanto de todo, y los ojos se le desviaban solos.

Miroh - SKZ Temporada 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora