¿Qué le ocurre a Alex?

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Después de lo ocurrido, uno creería que Snape y Jones sería más unidos que nunca; pero, lamentablemente, era todo lo contrario y estaba volviendo loco al chico puesto que no entendía qué ocurrió con la latina para que, de la nada, eso pasara.

El día del juicio contra Lucius Malfoy, Severus y Eileen pasaron por Alex a San Mungo. La sanadora Strout le dio el alta y le recordó los días que tendría que volver al hospital para el tratamiento psicológico. A la salida de San Mungos los dos adolescentes estuvieron conversando, en su mayoría Severus asegurándole a Alex que todo estaría bien, que Malfoy no se saldría con la suya; eso último no alentaba mucho a la castaña debido a la gran influencia que el rubio tenia sobre casi todos los funcionarios del Ministerio de Magia, pero siendo el profesor Dumbledore el Jefe Supremo del Wizengamot entonces tendrían oportunidad de ganar; y gracias al cielo así fue, aunque el rubio estaría bajo arresto domiciliario por un tiempo.

Terminado el juicio, Severus y Alex se despidieron de los adultos y regresaron con el director a Hogwarts. Después de que Dumbledore les limpio la ceniza de la chimenea con un simple pase de varita el azabache tomó la mano de la latina para  irse, pero de pronto el viejo director pidió hablar con la chica a solas. Eso llamó la atención del chico, acababan de regresar del ministerio y él quería hablar con ella ¿por qué? Obviamente no era porque estuviera metida en problemas. Severus esperó junto a la puerta del despacho impacientándose con cada minuto que pasaba y no era para menos, llevaban encerrados en la estúpida oficina por casi una hora. Estaba luchando contra el impulso de interrumpir la conversación cuando de repente la puerta se abrió y Alex salió corriendo de ahí sin mirar atrás. Eso puso en alerta a Severus, entró al despacho y encaró a Dumbledore.

—¿Qué ocurrió? ¿Qué le pasó a Alex?

El anciano director no respondió sino que apartó la mirada de su estudiante hacia la ventana sin ver realmente el cielo despejado que ofrecía. El silencio de Dumbledore molestó a Severus, y sin despedirse salió corriendo de la oficina a buscar a la castaña. Afortunadamente, un alumno de Ravenclaw que conocía a Alex, según recordaba su nombre era Xenophilius Lovegood, le dijo que la vio correr hacia la puerta principal suponiendo que iría a los jardines; pero su amiga, Pandora Stewart o como se llamara (de ella no recordaba bien) dijo que la vio dirigirse hacia las mazmorras. Severus no quería perder más el tiempo, le hizo caso a la chica Ravenclaw y se dirigió a la Sala Común.

—Severus ¿qué pasó en el juicio? —preguntó inquieto Regulus en cuanto vio a su mejor amigo entrar—. ¿Perdieron el caso?

—Ganamos. Lucius solo fue sentenciado a arresto domiciliario ¿por qué...?

—¡Gracias a Salazar! Como Alex entró corriendo sin decir una palabra pensé que Lucius salió impune

—No, Alex está así por... —Severus se calló al percatarse que el resto de los Slytherins los veían, con discreción, y agudizando el odio. Seguían enfadado por lo que no estaba de humor para lidiar con sus compañeros de casa entretometidos por lo que agarró a Regulus de la muñeca y lo llevó a su habitación, una vez solos lo soltó y le contó lo ocurrido en la oficina de Dumbledore—. Sabemos que el director a veces se porta de una manera extraña, pero hacer que una estudiante salga corriendo de su despacho no es algo que él haga. Quien sabe que le habrá dicho para que reaccionara así.

Regulus bajó la mirada, él sí tenía una idea de lo que Dumbledore le pudo decir a Alex, pero no podía decírselo sin revelar el secreto de la latina. Seguramente el viejo director le dijo que encontró el modo de devolverla a su época o le dijo que su intervención en el pasado estaba siendo muy peligroso y debía irse de Hogwarts de inmediato. Cualquiera que fuera la razón era el mismo resultado: Alex se marcharía del castillo para siempre.

Viaje en el tiempo... ¿al pasado?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora