Laia estaba sentada en la mesa del desayuno con Balde, tratando de encontrar consuelo en su compañía y en un tazón de cereales. A pesar del tiempo transcurrido desde su ruptura con Vinicius, el dolor seguía fresco en su corazón. Balde rompió el silencio y pronunció palabras que hicieron que Laia levantara la mirada con sorpresa.
- Laia, creo que deberías considerar volver con Vinicius - dijo Balde con seriedad.
Laia dejó caer la cuchara en el tazón y lo miró atónita. Hacía tres semanas que no había hablado con Vinicius, y la idea de buscarlo ahora parecía demasiado arriesgada. Dudaba que él estuviera dispuesto a escucharla después de todo lo que había sucedido.
- ¿Volver con Vinicius? ¿Estás loco, Balde? - respondió Laia con incredulidad. Él debe odiarme después de cómo terminamos.
Balde se inclinó hacia adelante y tomó las manos de Laia con suavidad.
- Laia, todos cometemos errores. Pero si realmente amas a Vinicius, no deberías dejar que el orgullo te impida intentar solucionar las cosas. Él te ha apoyado en el pasado y te ha demostrado cuánto le importas. Tal vez todavía haya una oportunidad para ustedes.
Laia reflexionó sobre las palabras de Balde. Recordó todos los momentos felices que había compartido con Vinicius, la forma en que él la había apoyado y la había alentado en sus sueños. Sentía un nudo en el estómago al pensar en lo que podría haber perdido.
- ¿Crees que debería intentarlo? - preguntó Laia con voz temblorosa.
Balde asintió con una sonrisa alentadora.
- Sí, Laia. Si nunca lo intentas, nunca sabrás qué podría haber sido. Además, Vinicius tiene partido. Tal vez puedas hablar con él antes y despejar las cosas. Es una oportunidad para encontrar la paz y cerrar este capítulo de sus vidas.
Laia tomó una respiración profunda y sintió cómo la determinación se apoderaba de ella.
- Tienes razón, Balde. Necesito enfrentar esto y hablar con Vinicius. No quiero tener ningún arrepentimiento.
Sin perder más tiempo, Laia comenzó a recoger sus cosas y prepararse para enfrentar su próximo desafío. Sabía que no sería fácil, pero tenía que intentarlo. Tenía que luchar por el amor que sentía y descubrir si todavía había una chispa entre ella y Vinicius.
Con Balde a su lado, dándole apoyo y aliento, Laia se sintió más fuerte. Estaba decidida a enfrentar sus miedos y abrir su corazón una vez más. El destino les había dado una segunda oportunidad, y ella estaba lista para aprovecharla al máximo.
Laia conducía por la autopista, con el paisaje cambiando a medida que se alejaba de Barcelona y se adentraba en el largo camino hacia Madrid. Durante el viaje, las millas se sumían en un interminable flujo de pensamientos y emociones. Estaba decidida a enfrentar a Vinicius y resolver las cosas entre ellos.
A medida que avanzaba por la carretera, Laia reflexionaba sobre cómo abordar el tema con Vinicius. Sabía que debía ser honesta y abierta sobre las circunstancias que llevaron a su separación. Gavi, había sido el factor de su ruptura. Tener una conversación franca con Vinicius era esencial.
El estadio del Santiago Bernabéu estaba lleno de emoción y energía cuando Laia llegó allí en su coche. Después de conducir durante horas finalmente había llegado al estadio para ver a Vinicius. Estacionó su coche rápidamente y corrió hacia las gradas, donde buscó frenéticamente un asiento disponible.
Finalmente encontró uno en las gradas, no muy lejos del campo. Desde allí tenía una vista perfecta de Vinicius y del partido que estaba en pleno desarrollo.
Vinicius estaba muy triste mientras se preparaba para jugar el partido. No había sido fácil superar la ruptura con Laia, y aún sentía un gran vacío en su corazón. Sabía que Laia estaba enamorada de él, pero la oposición de su hermano Gavi, jugador del Barça, había complicado mucho las cosas.
A pesar de su tristeza, Vinicius estaba decidido a dar lo mejor de sí en el campo. El partido había empezado y el Real Madrid estaba jugando contra un equipo duro. Vinicius estaba corriendo por el campo, intentando desmarcarse para recibir el balón. Fue entonces cuando la pelota llegó a sus pies, y sin pensarlo dos veces, lanzó un disparo hacia la portería.
La pelota entró por la escuadra, marcando un golazo que hizo estallar a la afición del Real Madrid. Pero para Vinicius, lo más importante no era el gol en sí, sino que al mirar hacia las gradas, vio a Laia, su amada. De repente, todas sus penas se desvanecieron, y su corazón se llenó de felicidad.
Con una gran sonrisa en el rostro, Vinicius hizo una "L" con sus dedos en la cámara, dedicando el gol a Laia. Sabía que ella estaba viéndolo en ese momento, y quería que supiera que la amaba con todo su corazón.
Después del partido, Laia corrió hacia el vestuario del Real Madrid. Vinicius estaba en la ducha, pero cuando escuchó la voz de Laia, salió corriendo hacia ella. Se encontraron en el pasillo, y Vinicius la cogió en brazos, besándola con pasión.
Los demás jugadores del Real Madrid estaban fuera del vestuario, escuchando todo lo que estaba pasando dentro. Cuando vieron a Vinicius y Laia juntos, empezaron a gritar y a saltar de felicidad. Sabían lo que significaba este momento para Vinicius, y estaban contentos de verlo feliz.
Vinicius y Laia se separaron, sonriendo el uno al otro. Sabían que todavía tenían obstáculos que superar, pero estaban decididos a luchar por su amor. Juntos, caminaron hacia los demás jugadores del Real Madrid, listos para celebrar juntos su gran victoria en el campo y el amor que habían encontrado el uno en el otro.
Después de la emocionante celebración en el vestuario del Real Madrid, Vinicius y Laia finalmente encontraron un momento de tranquilidad para estar solos. Laia sabía que había causado mucho dolor a Vinicius al permitir que su hermano Gavi se interpusiera en su relación, y estaba decidida a hacer las paces con él.
Con el corazón en la mano, Laia se acercó a Vinicius, que estaba sentado en un banco del vestuario, y le tomó suavemente la mano.
- Vinicius, quiero pedirte perdón - dijo con voz temblorosa. Sé que mi hermano se puso en medio de nosotros y causó mucho dolor. No debería haber permitido que eso pasara.
Vinicius miró a Laia a los ojos, notando la sinceridad en su voz y en su rostro. En lugar de responder con palabras, simplemente la atrajo hacia sí y la besó con ternura. Laia cerró los ojos y se dejó llevar por el cálido beso de Vinicius.
Después de unos momentos, Vinicius se apartó suavemente de ella y la miró a los ojos.
- No tienes que pedirme perdón, Laia - dijo con voz suave. Entiendo que las cosas no siempre son fáciles. Pero lo importante es que estamos juntos ahora y que nos amamos.
Laia sonrió, sintiendo una gran carga desaparecer de sus hombros. Sabía que había encontrado un hombre excepcional en Vinicius, y estaba decidida a hacer todo lo posible para mantener su relación fuerte y feliz.
Vinicius se levantó del banco y tomó a Laia de la mano, guiándola hacia la puerta del vestuario.
- Vamos, tenemos que unirnos a los demás. Todavía hay mucho que celebrar - dijo con una sonrisa.
Laia asintió, feliz de tener a Vinicius a su lado. Sabía que aún había desafíos por delante, pero también sabía que, con su amor y dedicación mutua, podían superar cualquier obstáculo que se presentara en su camino. Juntos, salieron del vestuario del Real Madrid, listos para enfrentar el mundo juntos.
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EFÍMERO
RomanceLaia es una joven patinadora sobre hielo con un talento innato y una pasión por el deporte que la lleva a competir en los más altos niveles. Vinicius, por su parte, es un jugador estrella del Real Madrid, con una habilidad excepcional en el campo y...