EFÍMERO

CENA DE MADRILISTAS

Laia y Vinicius caminaron hacia el coche de Laia después del emocionante partido en el Santiago Bernabéu. La atmósfera estaba llena de felicidad y anticipación, y los fanáticos aún celebraban la victoria de su equipo.

Mientras subían al coche, Vinicius le propuso a Laia que lo acompañara a la cena de los jugadores del Real Madrid. Era un evento importante en el que los jugadores y sus seres queridos se reunían para celebrar y compartir momentos especiales. Laia aceptó la invitación con una gran sonrisa en su rostro.

Sin embargo, Vinicius tenía otro as bajo la manga. Cuando Laia mencionó que tendría que ir a un hotel para alojarse esa noche, él comenzó a reír. Laia lo miró con curiosidad y confusión. Vinicius tomó sus manos y, con una mirada tierna, le hizo una propuesta inesperada.

- Laia, no puedo permitir que mi novia se quede en un hotel - le dijo con una sonrisa traviesa. ¿Qué te parecería vivir conmigo?

Las lágrimas llenaron los ojos de Laia mientras el corazón le latía con fuerza. Estaba abrumada por la emoción de la propuesta de Vinicius.

- ¿Vivir juntos? - susurró, apenas pudiendo creerlo.

Vinicius asintió con una sonrisa y agregó:

- Sé que es un paso importante, pero si estás de acuerdo, quiero que estemos más cerca el uno del otro y que podamos enfrentar cualquier desafío juntos.

Laia no pudo evitar abrazar a Vinicius con fuerza, sus lágrimas de felicidad mojando su camiseta. 

- Sí, sí, mil veces sí - dijo. ¡Vivir contigo sería un sueño hecho realidad!

Ambos se abrazaron y compartieron un dulce beso en el coche.

Laia estaba completamente impresionada al llegar a la casa de Vinicius, que ahora sería su hogar también. La vivienda de tres plantas era impresionante, con comodidades de lujo en cada rincón. Vinicius empezó a mostrarle la casa, mostrándole con orgullo cada detalle.

Recorrieron juntos el campo de fútbol, la piscina y la piscina climatizada, la sala de juegos, la sala de cine, las habitaciones y la amplia cocina. La casa era realmente un sueño hecho realidad.

Finalmente, llegaron a la habitación que sería de Vinicius y Laia. Vinicius se colocó detrás de Laia y la abrazó tiernamente. Con una sonrisa pícara, le dijo:

- Y aquí es donde pasarán muchas cosas.

Laia sintió cómo sus mejillas se sonrojaban al instante. Vinicius no perdió tiempo y la besó con dulzura.

Era un momento emocionante y significativo en sus vidas. La casa representaba un nuevo comienzo para ambos, un lugar donde compartirían su amor y construirían recuerdos invaluables. Con un futuro prometedor por delante, Laia y Vinicius estaban listos para enfrentar juntos todo lo que la vida les tenía preparado.

Después de haber colocado todas sus cosas en la nueva casa, Vinicius estaba impresionado por la cantidad de ropa, zapatos y bolsos que tenía Laia. Era evidente que la joven patinadora tenía un gusto por la moda y una colección impresionante. Laia se rió ante la mirada sorprendida de Vinicius y le dijo:

- ¡Tengo un armario para cada ocasión!.

Sin embargo, Vinicius no pudo resistirse a besarla apasionadamente. La cargó en brazos y la tumbó en la cama, donde la cubrió de besos cariñosos. El ambiente era cálido y lleno de amor.

Laia, riendo, le recordó que tenían que prepararse para la cena. Vinicius se levantó de la cama y la ayudó a ponerse de pie. Con una sonrisa, él le dijo:

- Tienes razón, amor. Aún tenemos tiempo, pero no queremos llegar tarde.

Vinicius esperaba ansiosamente a Laia en el sofá de su nueva casa. Estaba impaciente por verla vestida para la cena. Laia bajó las escaleras con una sonrisa, y su belleza lo dejó sin aliento. Llevaba un vestido rosa pálido ajustado que realzaba su figura, unos tacones altos que la hacían parecer aún más alta y su cabello rubio recogido de una manera elegante.