Capítulo 18

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Rose.

Massachusetts, Boston.

Una hora antes.

Juls insiste en que vayamos a montar y al ser una de las cosas que más me gustan, acepto. Además de que llevo todo el día encerrada en la habitación, ya me hace falta un poco de sol, más bien de un atardecer, porque en pocas horas oscurecerá

Salgo de la habitación siguiéndole el paso mirando distraídamente las pulseras que tengo en mi mano y no me doy cuenta que choco con alguien. Noah Fox.

El hijo del presidente lleva semanas aquí y ha entablado muy buena amistad conmigo. Me invita a almorzar, caminamos juntos, pasamos tiempo en la sala de juegos y siempre me sonríe, como ahora.

—Lo siento. —me disculpo.

—No pasa nada, ¿A dónde iban? —pregunta siendo seguido por un escolta. —Justo iba a buscarte.

—Juls me convenció de ir a cabalgar un rato, me hará bien.

Luego del funeral de Esmeralda y de lo que dijo Ian sobre mi padre, nada puede tranquilizarme, a pesar de que le pedí a mi papá que dejara en paz a Ian y que intente estar bien.

A veces no lo reconozco.

—Bueno, entonces no te quito más el tiempo. —eleva sus manos un poco. —Te veo en la cena.

Asiento y observo que se va hacia el otro lado del pasillo en lo que yo retomo mi camino con mi mejor amiga. Llegamos al establo un par de minutos después y siento que podré tener unos minutos de paz.

Mi yegua se llama Zaly. La tengo desde muy pequeña y soy muy unida a ella, creo que es uno de los regalos más preciados que tengo en la vida. Juls, al contrario, tiene un pura sangre árabe, su padre se lo trajo como regalo hace cuatro años.

—¿Algún día me contarás lo que te tiene así? —me codea mi amiga al bajar los escalones de la salida trasera. — Recuerda que soy tu mejor amiga.

—Lo sé, pero no te quiero aburrir con mis historias dramáticas.

Rueda los ojos.

—Sería una falta de educación no escucharte, aunque las pláticas me den sueño. —bromea.

La empujo y me hace correr detrás de ella cuando me tira del brazo.

—¡Sabes que te amo, mi rubia!

Si, lo sé.

Ambas mostramos las identificaciones que comprueban que tenemos un caballo aquí y nos dejan pasar.

—Señorita Carson, su caballo está en una revisión médica de rutina. —le explica el instructor a Juls. —Lo traerán enseguida.

—No quiero malas noticias. —lo señala ella.

Él niega.

—No las habrá. — me mira. —Zaly está lista para usted, enseguida la traen.

—Gracias.

Juls juega con su fusta en lo que yo observo los demás caballos que están encerrados.

—Sigo diciendo que ir a la fiesta del lago nos hará bien. —comenta. —Anímate, de seguro está Noah.

Ayer nos avisaron de que habrá una fiesta en el lago y desde ese momento Juls no hace otra cosa que no sea mencionarla.

—Deja de insistir con eso, nada va a pasar.

OSCURA TENTACIÓN 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora