Capítulo 27

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Ian


Rose está en la casa blanca, Nicholas y el presidente han puesto mi fotografía en cada estación de tren, de autobuses, en cada aeropuerto de todo Estados Unidos y ni hablar de todo Europa, dónde mi cabeza vale más que la de Hitler si estuviera vivo

Llevo dos días sin poder dormir bien, Melissa no responde mis llamadas, solo mis mensajes y el apetito no me da por más que esfuerzo en probar un bocado completo.

Las botellas de alcohol se están agotando y por ello ayer le pedí a Nadia rellenar el licor que hace falta en el minibar de la oficina. Mi padre se negó a marcharse, Nathalie intenta calmar a Ikari quien anoche tuvo un ataque de pánico debido a una pesadilla.

Mariela y Harriet deben volver a Nueva York y por ello le insisto a Abel que vaya con ellas, que las deje a salvó y que regrese cuando todo esté bajo control, pero se niega y decide que ambas permanezcan aquí al menos hasta que las cosas se calmen un poco.

Dedrick, los chicos y Hope están a salvo. Muy pocas personas sabían de mi relación con la abogada y por ese motivo estoy tranquilo, también porque sé que hay vigilancia 24/7 a su alrededor y no han salido del Hotel en dónde están.

Le doy vueltas al teléfono que Isabella envío. Puedo tardarme el tiempo que quiera y no se puede rastrear. Ramsés envió drones, armamento y cada uno de los altos cabecillas tiene órdenes claras de defender Italia en caso de que seamos atacados.

Lo cual dudo, no hay manera de que Nicholas o Geremy Fox tenga la dirección exacta de dónde estoy he igual si lo hicieran, no me voy a quedar de brazos cruzados, no voy a dejar que le pongan un dedo encima a mis hermanas, a mi madre o al resto de mi familia.

Los Meyer no agachamos la mirada.

Marco el número que quiero y espero pacientemente hasta que la llamada se conecta.

—¿Hola?

La voz de mi esposa cala en lo más profundo de mi pecho cuando la escucho y siento un alivio que no puedo comparar con otro más.

—Soy yo.

—Mi amor…—respira hondo. —¿Cómo estás? ¿Qué ha pasado?

—Estoy bien, estoy a salvó, mientras no salga de Italia, voy a estar bien. —le digo. —¿Tú cómo estás? ¿Lograste hablar con Oscar?

Escucho ruido y después silencio.

—Es tu mejor amigo, jamás dudaría de ti. —susurra. —Le expliqué las cosas, también a Jonas, pero él prácticamente tiene las manos cruzadas, no es mucho lo que pueda hacer cuando apareces como el principal culpable y no quien realmente lo es.

Me paso una mano por el cabello.

—No puedo esconderme para siempre.

—Lo sé, lo sé. —suspira. —Además tengo que informarte algo.

Me apoyo hacia adelante con los brazos sobre la madera.

—¿Qué pasa?

—El ministro ordenó que Harold Petrov fuera interrogado y que le ofreciera un trato para delatar tu ubicación y la de los demás cabecillas.

Maldita sea.

—¿Ian?

—Él sabe que si delata se muere. —dejo claro.

—¿Y en serio creés que Christopher Petrov aceptará eso? Es su hermano y ambos sabemos que para él primero está su familia antes que su organización. —recalca. —Él no es Jordan, ni es tu padre, él si lo va a perdonar aunque los delate.

OSCURA TENTACIÓN 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora