El principio de todo

Convivencia

De camino a Italia Amery intentó sacarle conversación a su acompañante. Habló sobre diversas cosas, pero las respuestas que conseguía de Nightmare eran: "Si", "No", "Puede", "No estoy de acuerdo", "hm", "hm-hm", a veces solo pequeños murmullos. Recurrió a contar su historia hasta ese momento, para preguntar la de él, la única respuesta que recibió fue. – No es momento para hablar del pasado. – Ante esto, Amery bajó la cabeza y dejó de hablar para continuar el camino en absoluto silencio.

Apenas llegaron a Roma, buscaron un lugar donde quedarse y allí se hospedaron para poder investigar por la zona. Se quedarían ahí durante año y medio, quizás un poco más hasta escuchar algo para pasar al siguiente país y repetir el proceso.

Durante ese año y medio Nightmare vio de cerca como el Amery que no se callaba durante más de un mes que tardaron en llegar ahí, ahora no hacia ruido. Caminaba con suavidad, respiraba con tranquilidad, no se chocaba con nada, se sentaba despacio, no hacia estruendos cuando comían ni nada de eso, era como si fuera una presencia más que una persona.

Obviamente llegaron a intercambiar palabras claves avisando de ciertas situaciones para reunir información en algunos locales, restaurantes, parques, incluso en pequeños burdeles y casas de apuestas, pero solo palabras claves, sin contar que ahora no sonreía con tanta frecuencia como antes.

Llegó a tal punto de silencioso que simplemente desaparecía aun estando al lado él. Esto desesperaba a Nightmare que ya para saber la ubicación de Amery le preguntaba cosas sencillas. – Bonito clima ¿No? –, . – Que aire tan... sereno ¿No? –, . – ¿Hace calor? –, . – ¿Aburrido? – . Cuando Amery contestaba con un "Si" o "No", era cuando Nightmare se tranquilizaba porque sabía que estaba cerca.

Toda su estancia en Roma fue así, intercambiando palabras simples pero precisas para poder recolectar información. Tiempo después, determinaron que Italia era una gran potencia pero que no tenía intenciones de provocar alguna guerra, así que se dirigieron al imperio Austrohúngaro.

En el camino hacia dicho país, Amery volvió a hablar como antes, sacando diversos temas de conversación en los cuales Nightmare participó con pocas ganas, pero tenía menos ganas de tener a un fantasma como compañero.

Amery sonrió ante la participación en las conversaciones y en algunos de los chistes que hacía su acompañante, considerando que la paciencia era la mejor forma de conseguir los resultados esperados. Ahora el viaje era algo más entretenido.

Llegaron al Imperio Austrohúngaro con un ambiente agradable, intercambiando palabras de forma más fluida, conociéndose y agarrando confianza entre ellos.

Durante el tiempo que pasaron en ese país, Amery se dio cuenta que Nightmare era muy parecido a él de cierta forma. Hacían chistes simples. Eran orgullosos. Siempre mantenían una sonrisa abierta solo que la de él era más divertida que la de Nightmare la cual era más simpática... Según él, claro.

Compartían el mismo estilo de pelea a puño limpio con los brazales como único artilugio de combate. Eran rápidos, fuertes y ágiles. Una de las diferencias notorias y que a Amery más le molestaba era que Nightmare era más alto que él. Y claro, su poder.

Nightmare tenía un poder agresivo e invasivo, capaz de entrar momentáneamente a la mente de las personas y generar ilusiones bastantes realistas de sus miedos, eran capaces de aterrar a cualquiera que las viera. El único inconveniente era que debía estar muy concentrado para que la ilusión se mantuviera totalmente visible, ya que una pequeña distracción hacía que esta despareciera por completo. Aunque había aprendido a generar una ilusión sensorial, la cual prendía todas tus alertas y hacía que te entrara el pánico con solo verlo aun sin que él generara una ilusión aparte. Algo bastante útil en interrogatorios... También bastante molesto.