No solo guerras

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1291: Asedio a la cuidad de Acre por parte de los mamelucos. Amery participó a favor de los mamelucos en la caída del reino de Jerusalén. Aunque no fue una guerra, Amery la usó como base para volver a acostumbrarse a las mismas.

Luego de esto él no se involucró en guerras, ya que madre tierra le advirtió sobre algo que estaba por suceder por todo el gran continente, era un gran cambio climático que era necesario, pero que podría afectar a varios ecosistemas. Así que él se preparó para recibirlo.

En 1315 llegó la pequeña edad de hielo, un clima frio que azotó tanto occidente como oriente, causando hambruna y poca cosecha. Ahí Amery sirvió como mercader para ayudar a los pueblos del norte, quienes los estaban pasando peor. Les transportaba comida y ayudada a recuperar las cosechas perdidas. Trabajo sin descanso hasta 1322 donde se pudieron recuperar y soportar el nuevo clima.

Ahí Amery se mantuvo unos cuantos años asegurando la victoria contra la hambruna, cuando lo consiguió, sintió que esta era una nueva forma de ayudar a las personas, de mantener los ecosistemas. Años después regresó a la guerra.

Él se mantuvo en Inglaterra, donde fue reclutado para la aun no conocida "Guerra de los cien años". En esa guerra luchó primero con los ingleses, donde vio que ellos habían adquirido una nueva arma, misma estaba en desarrollo, pero planeaban usarla próximamente.

En 1337 estalló la guerra entre Francia e Inglaterra. En este tiempo surgieron los primeros brotes de una extraña enfermedad, los cuales fueron ignorados.

En 1346 en la gran batalla de Crécy Amery vio el poder destructivo de la nueva artillería inglesa, el cañón. Solo se escucharon 3 grandes disparos de estos, pero fueron suficientes para masacrar a muchos genoveses. Después de esos 3 disparos los cañones no se volvieron a disparar, al parecer ese poder destructivo había alcanzado a aliados, incluido a Amery. Ahí fue cuando decidió salir de la guerra, por la ignorancia del peligro de esa arma y al recibir el aviso que una extraña enfermedad se estaba expandiendo con velocidad por Asia.

En 1347 la enfermedad llegó a Messina, Sicilia para raídamente expandirse por toda Europa. Amery fue a Florencia, Italia, una de las ciudades más afectadas de Europa. Ahí vio como los que padecían esta enfermedad tenían grandes manchas negras por todo su cuerpo por las hemorragias cutáneas. Esto alertó a Amery quien empezó a investigar, intentando detener los síntomas de esa nueva enfermedad. En mismas ciudades vio la gran mortalidad de la enfermedad, aunque no duró mucho tiempo en Florencia, ya que por sugerencias de otros doctores fue llevado a Alemania donde la estaban pasando peor.

Pasó por Hamburgo, Colonia y Bremen. En estas ciudades Amery usó todos sus conocimientos en medicinas, escasos, pero logrando reducir la tasa de mortalidad al oeste de Alemania al tratar los síntomas. Ahí se dio cuenta que exactamente, no estaba hecho para eso.

Dijeron que era una enfermedad venida del infierno, o una maldición que se propagaba a través de la vista, hasta se culpó a los judíos por el esparcimiento y la creación de dicha enfermedad. De esta manera fueron cazados por muchos por el hecho de que "era el castigo por su herejía". Amery le llegaron esas noticias, tuvo que hacer doble trabajo esos años.

En 1353 se declaró que el punto máximo de la enfermedad había cedido, pero aun había miles de casos y en tan solo 6 años había acabado con la vida del 30% de la población solo en Europa. Amery se mantuvo de doctor, ayudando a tantos pueblos y países posibles. Aprendiendo nuevas formas de medicina y atención al paciente, las cuales le llegaron a interesar haciendo que se quedara en este servicio de "Doctor" por un largo tiempo. De esta forma viajo a Catay como doctor, donde se suponía que se había originado la enfermedad.

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