Último Nara

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Afuera, en el jardín. Nightmare estaba acostado entre las flores, viendo el cielo mientras Aisling estaba sentada viendo directamente hacia la puerta de las ruinas. Ella tenía un mal presentimiento sobre lo que estaba pasando dentro y estaba bastante preocupada por la reciente actitud de Rem contra Fred. También por esa sonrisa que le había mostrado, nunca había visto que él embozara una sonrisa así.

Desde el suelo y despreocupado, Nightmare avisó que se estaban formando nubes de tormentas mientras señalaba el cielo. Ambos levantaron la vista comprobando que efectivamente las nubes grises comenzaban a acumularse.

Tiempo después una fuerte lluvia empezó a caer sobre ellos mientras el frio viento pasaba con fuerza. Ellos se quedaron al pie de las escaleras, sentados bajo la sombra de las ruinas la cual los protegía mientras conversaban.

Había pasado mucho tiempo y los dos mayores seguían encerrados. Incluso entre la densa tormenta, se notaba cierta inquietud extraña en el ambiente.

Ya cuando la lluvia comenzaba a tornarse brusca, fue cuando los menores preocupados se levantaron para ver porqué los mayores tardaban tanto.

Subieron las escaleras rápidamente pero antes de llegar a la puerta, estas se abrieron de golpe dejando paso a Realnost y Amery, quienes impactaron contra las escaleras y empezaron a caer sin control entre jalones e intentos de golpes.

Los menores abrieron paso para que ellos rodaran con brusquedad en su pelea hasta el jardín, donde Realnost empujó a Amery creando distancia entre ellos, pero este con el poder del viento se abalanzó contra él. No iba a dejarle espacio para que respirara y que buscara su herramienta.

Los menores al ver esto intentaron acercarse para detener el conflicto, pero las llamas se alzaron de repente. Ellos retrocedieron ante esto, pero las llamas seguían creciendo y creciendo porque Amery las estaba usando sin medida contra Realnost, quien lograba esquivarlas, pero eso hacía que estas obligaran a los menores a subir las escaleras.

Ellos subieron hasta arriba donde estarían protegidos del fuego y la fuerte ventisca que se generaban con el paso de la pelea entre primordiales, misma que aun podía empeorar.

La tierra se empezó a mover bruscamente, descuadrando el terreno, desestabilizando a Realnost quien estaba en bastante desventaja en contra de la tenacidad y control avanzado de Amery en los elementos.

Por esto, a Realnost solo le quedaba moverse, esquivar los ataques y contraatacar con precisión cada que él se abalanzaba temerario. Pero todo esto no iba a detener el conflicto, solo causaba la destrucción de los alrededores. Necesitaba su herramienta.

Desde lo alto de las ruinas los dos menores veían sorprendidos la pelea, incluso después de haber salido de una de las más sangrientas y horribles guerras, esto les afectaba más. Eran sus hermanos quienes estaban peleando bajo la lluvia y no era un combate amistoso. No era de aquellos que con solo gritarles que pararan lo iban a hacer. Estos iban a pelear hasta que el otro cayera o se rindiera... Ninguno de los dos tenía pensado rendirse.

Aunque usara el fuego, moviera la tierra y causara torrentes de agua y viento para conseguir una ancha ventaja, Amery aún no había logrado acertar ningún golpe. Eso lo molestaba, haciendo que atacara con más ímpetu, intentado crear una fisura en su defensa para acertar un golpe definitivo. Realnost no se lo iba a conceder tan fácilmente.

Realnost, quien no había peleado a ese nivel en siglos, le demostraba que no había perdido la práctica. Cada ataque era esquivado, cada oportunidad de golpe aprovechada, cada contrataque realizado, era preciso en técnica. Se podía decir fácilmente que era el mejor luchar del mundo, mismo que no mostraba alguna duda mientras enfrentaba a Amery. Estaba decidido a hacerlo caer.

El principio de todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora