Rivers_gg

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Narrador Omnisciente.

Año 2015.

—¡No _______ que te guste una mujer no es normal!— decía una mujer caminando en círculos.

—Pero no estoy haciendo nada malo mamá solo estoy enamorada.— respondió la chica desesperada.

—¡Es una enfermedad seguramente esa amiguita tuya te contagió!— exclamó su padre con furia.

—A Sam no la metas en esto, ella no tiene nada que ver, no sabe nada.— explicó rápidamente para que su padre no hiciera una locura.

—Pues como sea ya te dijimos que no vamos a tolerar este... comportamiento, o te compones o te largas de la casa.— refutó cruzando los brazos y mirandola fijamente.

La chica los miró dolida antes de irse corriendo a su habitación, cerró la puerta con seguro para que nadie la molestara y seguido de eso comenzó a guardar sus cosas en una maleta, no pensaba seguir en una casa dónde la juzgaban por su sexualidad.

Sus padres estaban satisfechos pensando que habían logrado intimidar a su hija al amenazarla con hecharla de su casa, ellos no permitirían que ninguno de sus hijos fueran unos "raritos ".

Unas horas después cuando la tarde estaba cayendo la chica apareció en la sala de su casa con una maleta pequeña junto una mochila colgando en su hombro, ambos adultos se miraron un momento antes de que el hombre se levantara de su sofá para encarar a su hija.

—Espero por tu bien que tengas una buena explicación señorita.— dijo con dureza.

—Me voy de la casa, no pienso seguir en un lugar donde no me respetan.— respondió la chica alzando los hombros.

—Solo queremos tu bien ________, ¿acaso no lo puedes entender? ¿Qué crees que pensarán nuestras amistades cuando sepan que tenemos una hija... lesbiana?— preguntó su madre haciendo una mueca de incomodidad.

—Les debería importar mi felicidad no sus apariencias. Pero en vista de que no es así me iré.— respondió tratando de no demostrar su dolor.

—¿Y a donde irás? Somos tu única familia, no tienes a nadie.— respondió su madre son burla.

—Pues no lo aceptamos así que si quieres irte hazlo, lárgate, la puerta esta muy ancha, pero que sepas que una vez que cruces esa puerta no volverás a entrar, estarás muerta para nosotros.— añadió su padre pensando que su hija recapacitaría.

—No se preocupen que no volverán a saber de mi.— respondió con los ojos cristalizados por el coraje—, pero que ustedes también sepan que si algún día llegan a necesitar de mi no los ayudaré.

(. . .)

La chica sabía que lo que iba a hacer estaba mal pero su madre no mentía cuando dijo que no tenía más familia que ellos y su hermano, pero tenía a su mejor amiga, Sam.

Gracias al destino que desde hace seis meses tenía trabajo de medio tiempo y por ello tenía dinero, de lo contrario no sabría que hacer.

Tomó un taxi y se dirigió a la casa de Sam, al llegar pagó y bajó sus cosas. Tocó a la puerta y abrió Rosario, la madre de Sam.

—Hola ______...— se calló al ver la maleta de la castaña y a esta misma con loa ojos rojos e hinchados — pasa mija estás en tu casa, siéntate.

—Gracias, he ¿esta Samy?— preguntó nerviosa.

—No, ella salió con su hermana ¿Qué pasó _______?— se sentó a su lado— Sabes que te aprecio y te quiero como una hija así que dime ¿Qué pasó?— preguntó suavemente.

One shots Famosas y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora