Capítulo I

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En Londres, nació una pequeña bebé llamada Lucinda, sus padres eran el señor Mark Ferufino y la señora Mayra de Ferufino, al nacer la niña la madre muere en el parto lamentablemente; el padre crio a la pequeña Lucinda, aunque esta niña no era como cualquier otro bebé, ella poseía habilidades muy poderosas que su padre mantuvo en secreto para que nadie se aprovechara de ello.

El señor Mark, era el rey de Inglaterra y su esposa fallecida era la reina, por lo tanto, Lucinda era la princesa de Inglaterra, tenía tres hermanos, el mayor llamado Scamander tenía 23 años de edad; después seguía Clei el que tenía 20 años y Peter que tenía 18 años, todos hermanos de Lucinda, los cuales la querían mucho y cuidaban también. Lucinda creció tan rápido al igual que su belleza, su cabello era rubio como los rayos del sol, su piel blanca como la nieve, sus ojos azules como el mar y su boca rosada cual rosa en primavera.

Pero lo que no se ha dicho de esta historia, es que el rey Mark no solo era rey del reino de Inglaterra, sino que también era el rey de los vampiros, todos lo respetaban por ser la máxima autoridad y le querían por su forma de ser, tenía a sus fieles amigos que le ayudaban en lo que podían con respecto al reino, y a Lucinda, sus nombres eran: James, Jesse, Garfield, Lucas, Exi, Percy, John y Stevenson. Todos leales amigos que cumplieron en guardar el secreto de Lucinda que apenas empezaba a dominar sus habilidades, cada uno tenía una habilidad; James leía las mentes; Jesse podía transformarse en cualquier persona; Garfield podía transportarse a cualquier parte del mundo; Lucas podía hacer levitar las cosas; Exi era capaz de sacar cualquier arma de su ropa; Percy hacía que las personas se relajaran; John podía curar heridas no tan graves y Stevenson era el único que no era un vampiro pero él era un hechicero, aunque se puede confundir su poder con el de Scamander, pues su habilidad era la magia, la de Clei hacer que las personas tuvieran pesadillas de las cuales era muy difícil escapar y Peter cambiaba de tamaño.

Lucinda ya dominaba mejor sus poderes, un día hablando con su padre le dijo:

-Papá, ¿Cuándo poder salir del castillo?

-No lose -dijo el padre con voz molesta debido a la pregunta de su hija- lo más seguro es que nunca salgas hay muchos peligros afuera, y no es tanto eso sino tus poderes Lu, sabes que en las manos equivocadas puede causar mucho daño y no solamente a las demás personas, sino que también a ti.

-Yo se cuidarme sola -respondió Lucinda- he entrenado, domino mejor mis poderes, he hecho todo lo que tú has querido y aun a si quieres dejarme encerrada para siempre en este castillo, quiero tener una vida, conocer el mundo, tener una familia como tú y mamá.

-Lose -dijo el padre- pero no porque creas que estas lista lo estas, además para que quieres conocer el mundo, saliendo del castillo si tienes el poder de ver más allá de estas paredes; sobre lo de tener una familia ya nos tienes a nosotros que somos tu familia, te amamos, te cuidamos y jamás permitiríamos que algo malo te sucediera o que alguien te hiciera daño, porque lo juro por tu madre que si alguien se atreve lo mato con mis propias manos.

-Papá -dijo Lucinda- nadie me hará daño soy más fuerte que tú, que mis hermanos, que tus amigos así que no entiendo tu preocupación, sabes que ya no soy una niña pequeña, ya estoy lista papá y no puedes tenerme encerrada en este castillo por la eternidad.

Molesto Mark le dijo con voz muy molesta a Lucinda:

- ¡Si yo quiero te amarro en la torre más alta de este castillo, te encierro en tu habitación, le digo a Stevenson que cree una barrera para que nunca salgas, así que nunca, escúchame bien Lu, vas a salir de este castillo mientras yo siga vivo!

- Pues si piensas que me quedare aquí estas muy equivocado, cuando menos lo esperes saldré y veras con tus propios ojos que te equivocas y que debiste tenerme más confianza -dijo Lucinda con voz casi llorosa-

Lucinda se fue a su habitación, no dejo que nadie entrara, molesta por la reacción de su padre se decía a sí misma: ̈No entiendo porque no me deja salir, yo puedo cuidarme sola. Saldré y vera que se equivoca en su pensamiento ̈.


La Vampira Lucinda FerrufinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora