Capitulo 12

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Al día siguiente se levantó, era un sábado así que no tenía que ir al colegio, bajo las escaleras para desayunar, vio que estaba su hermano Clei, viendo su teléfono, lo saludó, él le respondió el saludo, en eso llego Scamander siempre con sus libros, y por último bajo Peter.

-Bueno -pregunto Lucinda- ¿A qué hora más o menos viene papá? para tener listo el almuerzo.

-Como a las once -dijo Peter-.

-Bien -dijo Lucinda-.

Lucinda se fue a su habitación, vio su teléfono para ver recetas de cocina, en eso le recibió un mensaje de Thomas.

-Bueno días Lu, disculpa que te moleste un sábado, pero es que necesitaba hacerte una pregunta, por casualidad tú me enviaste una carta diciendo que nos veríamos en el parque hoy a las tres de la tarde.

-Buenos días, espero este es bien, no yo no te he enviado ninguna carta, no dice quien la envió.

-No, solo dice que es para hablar de algo importante y que no falte.

-A de ser algún bromista o algo parecido no le prestes atención.

-Si, es lo más seguro bueno gracias, adiós.

-De nada, adiós.

Lucinda no le prestó atención a lo que había sucedido, así que siguió leyendo recetas y encontró una que, aunque su padre no se satisfaga, porque ellos pueden comer, pero es como si comieran aire, pero aun así la haría. Bajo hasta la sala, para ver televisión un rato, Peter se sentó a su lado para acompañarla, encontraron una película que les causo mucha gracia, se rieron un buen rato con aquella película, cuando terminó Lucinda se levantó para empezar a hacer el almuerzo, cuando estaba cocinado Clei llego a la cocina, porque olía delicioso, le preguntó que estaba preparando, a lo que le respondió Lucinda que cuando estuviera listo lo sabría, Clei le sonrió y salió de la cocina.

Ya habían llegado las once de la mañana, el almuerzo ya estaba listo, solo faltaba que su padre llegara.

-Scamander -dijo Lucinda- no dijiste que papá llegaría a las once, porque ya son las once y quince y no ha llegado.

-Tranquila, Lu -respondió Scamander- sabes que nuestro padre nunca llega a la hora que dice.

- ¿Quién es el que no llega? -dijo Mark escuchando lo que Scamander había dicho- siempre llego, algunos minutos tarde, pero llego.

-Hola, papá -dijo Lucinda- ¿Cómo estás?

-Hola mi princesa -dijo Mark, abrazando a Lucinda- estoy bien y tú.

-Estoy bien, por un momento pensé que no llegarías.

-Lo que me faltaba -dijo Mark- tú también, creí que eras diferente con respecto a tus hermanos, pero al parecer no.

-Tranquilízate papá, solo bromeaba, mejor ve a sentarte para que almorcemos.

Mark, Scamander, Clei y Peter se sentaron en la mesa mientras Lucinda servía la comida, Lucinda había preparado un pavo horneado, un pure de papas, una ensalada y para el postre hizo una tarta de frambuesa.

- ¡Vaya! -dijo Mark asombrado- si todos los días me cocinaran así, sería el hombre más feliz del mundo.

-No exageres papá -dijo Lucinda- al final solo le sientes el sabor, pero no te deja satisfecho.

-Si, tienes razón -dijo Peter- pero es que esto se ve delicioso.

-Bueno Lu -dijo Mark- cuéntame, ¿Cómo te ha ido?

-Todo bien papá -dijo Lucinda, sabiendo que en cualquier momento preguntaría por Thomas-.

-Me alegra, déjame decirte que este almuerzo es el mejor que he probado en mis quinientos años de vida.

-Gracias, lo preparé para que lo disfrutaras.

-Hija, tus hermanos me han contado que te ha ido muy bien y que tienes amigos, lo que me alegra mucho...

-Pero (interrumpiéndolo Lucinda).

-Quisiera saber, si a ti te gusta ese tal Thomas.

-Enserio, quieres que hablemos de eso.

-La verdad no, pero soy tu padre así que debe de importarme todo lo que tenga que ver contigo.

-Pues... depende.

-De que

-De tu reacción, de lo que vayas a hacer, tú sabes.

-No hare nada, tranquila.

-Lo prometes.

-Te lo prometo.

-Bien, siéndote sincera sí, si me gusta Thomas.

-Bien, no esperaba esa respuesta (dijo Mark frotándose las manos).

- ¿Y qué es lo que esperabas?

-No, nada olvídalo mejor comamos tranquilos, y disfrutemos.

Estuvieron un buen rato en silencio, ya que el padre jamás pensó que a Lucinda le iba a gustar alguien y mucho menos un humano, que no tiene ni idea de lo poderosa que es, de las tantas personas que la querían por su poder y su belleza; Mark pensaba en cómo puede el sacarle a ese chico de la cabeza, pero no se le ocurría nada.

Terminaron de comer y Lucinda se levantó para llevarse los platos, cuando se fue su Mark le dijo a los demás en voz baja que tenían que buscar la manera de que Lucinda se olvidara de Thomas, ellos confundidos le preguntaron porque, Mark respondiendo les dijo: ¨Ese chico correrá un grave peligro, si alguien se entera de que a Lucinda le gusta lo usaran, como carnada para que Lucinda llegue a ellos, no tengo ni la menor idea quien sea el chico ese pero si mi hija se fijó en él es porque vio algo en el que no vio en nadie más, por eso no quiero poner en peligro ni a Thomas ni mucho menos a Lucinda, entendido¨. Los tres asintieron con la cabeza, porque vieron que tenía mucha razón y lamentablemente la tenía.

Thomas que no tenía ni idea de lo que iba a pasar, recibió un mensaje que supuestamente era de Lucinda que decía: ¨Thomas, necesito que vengas ahora mismo al parque, es muy importante por favor ven¨. Pensando que si era Lucinda tomo sus cosas y se fue hacia el parque. Al llegar buscó por todas partes a Lucinda, pero no la encontró, recibió otro mensaje: ¨Thomas, estoy cerca de la fuente, aquí te espero¨. Thomas fue, estando allí tampoco la vio, de repente dos hombres le cubrieron la cabeza y se lo llevaron a la fuerza, lo metieron en un auto y se fueron.

Lucinda estando con su padre y sus hermanos, escucho que tocaron el timbre, ella sintió un mal presentimiento, pero aun así fue a abrir la puerta, al abrirla vio que era un hombre pálido, este le dijo:

-Buenas tardes princesa Lucinda, espero se encuentre bien, mi nombre es Fernando y vengo a dejarle un mensaje del príncipe Simón el cual dice así: ¨Princesa Lucinda mis más reales disculpas por no poder presentarme en persona a darle este mensaje, pero quiero que sepa que le tengo una propuesta que espero acepte, quiero pedirle que me haga el hombre más feliz del mundo casándose conmigo¨.

-Discúlpeme -dijo Lucinda molesta- pero creo que se equivocó de persona, y no estoy dispuesta a casarme con nadie y mucho menos con el príncipe Simón, así que no entiendo la propuesta que me está haciendo.

-Bueno, dado que mi amo me dio instrucciones claras acerca del asunto, ya que usted no quiere casarse con él le tiene otro mensaje: ¨Princesa Lucinda ya que no has aceptado mi propuesta, solo quiero advertirte una cosa, si no aceptas ser mi esposa tranquilamente yo tendré que usar mi otra carta, si no aceptas casarte conmigo esta noche tu amigo pagara por tu decisión (el hombre le mostro una foto, en ella estaba Thomas inconsciente, amarrado de pies y manos) espero tomes la mejor decisión, tanto para tu futuro como para el de Thomas¨.

La Vampira Lucinda FerrufinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora