Capitulo 2

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Pasaron los años Lucinda ya había cumplido 118 años de edad, le hicieron una gran celebración en el castillo, aunque solo estaban las mismas caras, pero se sintió feliz. Estando platicando Lucinda con su hermano Peter, paso lo que todos temían; un hombre entro al palacio, con miles de hombres armados hasta los dientes, todos eran vampiros que buscaban a Lucinda por sus poderes, uno de ellos dijo:

-Su majestad, es un gusto volver a ver su cara después de 118 largos años, en los que no le vimos para nada.

- ¿Cómo te atreves a entrar a mi reino así nada más? -dijo Mark lleno de rabia-.

En esto el hombre vio a Lucinda y dijo:

-Me disculpo su majestad por no presentarme, mi nombre es Miguel y he tenido muchas ganas de conocerla, me han hablado muchas cosas de usted.

-No te le acerques -dijo Clei- no eres bienvenido aquí, así que lárgate por donde llegaste.

-Tranquilo Clei, -dijo Miguel- no tienes poque ponerte así no he hecho nada para que me trates como lo estás haciendo.

-Entonces -contesto Clei- ¿Cómo quieres que te trate rata de alcantarilla?

-Si hablamos de ratas -dijo Miguel- porque no te ves tu primero y después ves a los demás.

Con esto Clei estaba a punto de golpearlo, cuando Lucinda lo detuvo con sus poderes, y le pregunto a Miguel:

-Se puede saber qué es lo que quiere para que así pueda retirarse, y dejarnos en paz.

- ¡Vaya! -dijo Miguel- sí que te pareces a tu padre en ese sentido, pero respondiendo a tu incógnita mi bellísima princesa, te daré la respuesta, lo que quiero es que tu seas mi esposa para que gobernemos juntos el mundo, además de que yo no te dejare que estes encerrada en un castillo por toda la eternidad, dejare que salgas a donde tú quieras, hagas lo que tú quieras y no tengas que aguantar las quejaderas de tu padre.

-Bueno, en ese caso -dijo Lucinda- será mejor que busque en otro lado una esposa porque yo no pienso serlo, por varias razones, una de ellas es que no lo conozco, sé que es un príncipe del lejano Oriente, hijo de Felipe Guzmán y de Guillermina Suarez, sé que en su busca de esposa ha matado a miles de mujeres, ¿Por qué habrá sido?, claramente fue porque no eran lo que usted buscaba y ahora quiere venir a decirme que me case con usted, se nota que necesita ayuda, pero no se la brindaran aquí.

Con esta respuesta, todos quedaron admirados, hubo un momento de silencio y Miguel respondió con molestia:

-Pues si no quieres ser mi esposa a las buenas tendrás que serlo a las malas.

Lucinda a todo esto solo lo vio y se rio:

-Crees tú, que puedes intimidarme, sabes quién soy, sabes lo que puedo hacer si yo quisiera ya estarías muerto.

Lo que no sabían estos hombres es que dependiendo de las emociones que sentía Lucinda, así cambiaban de color sus ojos y su cabello. En ese momento su cabello era de color negro al igual que sus ojos, los hombres pensaron que era una amenaza así que sacaron sus armas y se propusieron a matarlos a todos; Lucinda los detuvo solo con levantar la mano y los envió al calabozo con solo mover su mano hacia la izquierda.

Todos quedaron en un silencio, que ninguno se atrevió a decir algo al respecto; Lucinda se fue flotando a su habitación para relajarse y pensar en lo que había pasado. Lo que no sabían todos es que no solo esos hombres se habían enterado de la existencia de Lucinda, sino que todos los vampiros habidos y por haber todos teniendo el mismo propósito de conseguir los poderes de Lucinda de cualquier manera.


La Vampira Lucinda FerrufinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora