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Ni-ki había apresado a Sunoo contra el mármol del lavabo.
Las manos de Sunoo estaban inquietas sin saber qué hacer, todo había pasado increíblemente rápido.
Sentía los largos y finos dedos de Ni-ki rozar contra su entrada, tratando de entrar pero sin hacerlo.
También vio el gran bulto que había en los pantalones del alfa, ahora que estaban en ese ambiente, Sunoo recordó que nunca antes había pensado de forma íntima de Ni-ki.
Era tan extraño.
Él, hace unos meses, estaba seguro que nunca tendría sexo con alguien, le daba asco siquiera pensar en alguien tocando su cuerpo, como su padre lo hacía, le daba miedo pensar no gustarle a esa persona, o peor, que lo dejen tirado por algún lugar después de hacerlo.
Pero ahora, esperaba ansioso ser penetrado y follado con fuerza por Ni-ki.
Que cambiante es la vida ¿no?
Algo si era cierto, estaba confundido por lo rápido que estaba pasando todo desde que Ni-ki entró al baño, no le daba tiempo de analizar y terminar de pensar en todo.
-¡Ah!- Sunoo gimió ante la sensación de estimulación, habían sido introducidos dos dedos en uno, sin darle tiempo a acostumbrarse a uno.
-¿Se siente bien?- dijo Ni-ki quien no esperó respuesta -haré que se sienta bien.
Sus dedos entraron aún más profundo, rozando una de las glándulas de su útero, haciendo que sus piernas empiecen a temblar, sin saber cuánto más podría mantenerse de pie.
-¡Ay, Dios!- sus manos apretaban su propia bata de baño.
-Date la vuelta- su orden fue en vano pues el mismo volteó su cuerpo, dejando a Sunoo contra en espejo para verse a sí mismo reflejado en él.
¿Eh?
Sunoo se miró por unos momentos al espejo.
Su rostro estaba diferente, es como si sus cejas habrían adquirido una curvatura preocupada, volviendo sus ojos como "de perrito" mientras su nariz estaba roja al igual que sus mejillas, era raro verse así, era vergonzoso.
¿Así reacciono al sexo?
Era erótica hasta para sí mismo, pensando un "que lindo soy" antes de sentir esos dedos moverse otra vez.
Bajó su mirada, tratando de evitar verse en el espejo.
-¡S-son tres!- sintió algo más insertarse, Ni-ki había metido otro dedo más dentro de él.
Eso era algo que Ni-ki solía hacer con los omegas con los que salía cuando estaba en celo, los preparaba de manera rápida y luego terminaba follandolos por el tiempo que dure su calentura.
-¡Oh!- Sunoo trató de alcanzar la mano de Ni-ki con la suya -E-espera ¡Ah!
Pero parecía que Ni-ki no lo estaba escuchando.
-E-espera...- estaba a punto de correrse y no quería hacerlo siendo el único que estaba sintiendo placer -p-por favor...
Y se corrió, sintiendo que sus piernas habían perdido por completo la fuerza.
Su cuerpo temblaba y sentía cómo de la cadera para abajo apenas podía sentir la punta de sus pies, y eso que solo eran sus dedos.
Sus ojos lloraban por la gran cantidad de placer que había sentido en tan solo unos minutos, tres dedos habían logrado hacerle perder la cabeza en poco tiempo ¿Qué será cuando lo hagan en serio?
De un estirón, fue dado la vuelta.
Vio los dominantes ojos de Ni-ki mirarlo, otra vez, como si fuera una presa, pero a los pocos segundos, estos cambiaron, a una expresión de preocupación.
-¿Porqué lloras?- sintió miedo ¿Había dañado a su lindo chico?
-Ah.. perdón, es que cuando tu--
-Mierda, fue mi culpa- ató de nuevo su bata de baño, alejando sus manos del cuerpo de Sunoo, dando dos pasos hacia atrás.
Lo que acababa de hacer con Sunoo, lo hacía con todos los omegas con los que había tenido sexo.
Pero, Sunoo no era como esos omegas.
Sunoo era especial, era tan malditamente especial que estaba luchando contra sus instintos para no volver a tocarlo.
La lucha interna de "Ese omega se ve delicioso" y "Ese omega es lo más hermoso de mi vida"
Sea cual sea de las respuestas la indicada, en ese momento no podía pensar en ninguna, era un remolino de ambas, entre sus deseos carnales y la necesidad de cuidar de ese chico.
-No quería... hacerte llorar- sus manos seguían arriba, tragó grueso cuando Sunoo dio un paso hacia él.
-Ni-ki, yo--
-No, por favor, si te acercas más... voy a volver a hacerte llorar...
-A eso me refiero, Ni-ki.
-Iré a mi habitación... por favor, no entres hasta que yo te diga que puedes hacerlo.
Y se fue, rápido pero sin correr, dejando a Sunoo solo en aquel baño.
Yo nunca te dije que no quería hacerlo.
Pensó el menor.
Y ahora que había probado esa nueva sensación, definitivamente quería sentirlo por mas y más tiempo, también que Ni-ki se sintiera bien, era egoísta solo sentirse bien él.
Se separó del mármol del lavabo, tragó grueso y caminó en dirección a la habitación de Ni-ki.
Cada vez, el penetrante aroma caliente era más y más fuerte, caminó hasta estar enfrente de su puerta, y antes de tocar, una voz se hizo escuchar.
-Vete.
-Ni-ki, no lo haré.
-No quiero hacerte daño.
-No lo vas a hacer.
-¿Cómo sabes eso?- parecía que dentro de la habitación se había caído algo, pues el estruendo se escuchó hasta afuera.
-Solo lo sé.
-Eso significa que no lo sabes, no quiero dañarte, así que solo--
-¿No es normal querer tener intimidad con tu pareja?
Pareja.
Esa palabra resonó una y mil veces en la cabeza de Ni-ki.
-Yo... nunca dije que no quería hacerlo... solo... talvez un poco más lento y--
La puerta se abrió, en los 15 minutos que habían pasado separados, Ni-ki se encontraba sudando y jadeando, parecía que sus músculos estaban tensos, estaba luchando contra todo de si para no devorar a Sunoo.
-Si entras, perderé el control otra vez, si no quieres o no estás seguro, debes irte aho--
-¿Cuántas indirectas tengo que darte para que entiendas que sí quiero ayudarte en tu rut?- Suno dio dos pasos al frente, entrando a la habitación mientras su mano subió hasta el buzo que traía Ni-ki, desatando la cuerda que impedía que su pantalón se desajustara.
Ni-ki, solo tenía un poco más de autocontrol hasta perderse por completo.
-¿Puedo hacer algo para ayudarte?- susurró Sunoo, un chico virgen en toda la palabra -Alfa.
Y eso, destruyó por completo el intento de Ni-ki por mantener su cordura, todo se fue a la mierda.
-Te lo advertí.
Cami~
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GENTLE - SunKi♡
Hayran Kurgu¿Algo habría cambiado si Kim Sunoo, omega de 20 años no habría salido de su casa esa noche? Probablemente si, talvez no habría conocido a ese alfa caminando por la calle en un día de lluvia, talvez no le habría entregado su chaqueta y talvez no se h...