𝙸𝙸𝙸

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Muchos estudiantes estaban rodeando una pequeña pelea entre dos muchachas, Lily Evans y Narcissa Black.

—Eres una sucia hija de muggles. No eres nadie para hablarme así— dijo con desdén la Black

Evans apretó los puños de la rabia por se llamada así. James tenía razón, esas malditas serpientes puristas, las odiaba, en especial a Narcissa Black.

—Tú tampoco eres nadie para hablarme así purista egoísta

Ante esas palabras la rubia soltó una carcajada con un toque sarcástico, algo que hizo molestar a la pelirroja aún más de lo que ya estaba.
Severus estaba detrás de la riña contemplando la escena con cierta satisfacción, amaba ver a su amiga en acción, podía ser una joven refinada como todos ellos lo eran pero no la hagas enfurecer porque, aunque les molestaba la comparación, parecía una leona enojada porque le quitaron a sus cachorros.

Severus no recordaba bien porque inició la pelea, simplemente estaba caminando junto a Narcissa, se dirigían hacia los jardines para continuar una lectura que tenían pendiente de hace tres días, por supuesto Cissy había escogido el libro el cual se titulaba "Romeo y Julieta". El único gusto muggle que tenía la Black era por el romance literario, le parecía demasiado cursi, justo lo que le gustaba a Narcissa, y claro, pues era una romántica y esto se podía ver cuando estaba junto a Lucius.
De un momento a otro se encontraba viendo la pelea de dos muchachas peleando con uña y dientes, claro, Cissy con un nivel de elegancia que solo ella podría tener en un conflicto.

Recapitulando creía que todo inició por un comentario que Cissy escuchó de la pelirroja con anterioridad, los Gryffindor y sus estupidos chismes.
Cuando Cissy vio a la pelirroja no dudo ni un segundo en defender su nombre, aunque no estaba seguro cuál era esa especulación, quizá más tarde sabría.

—James tiene razón. No son más que serpientes rastreras buscando a quien inyectarle su veneno— reprochó la leona con ojos llenos de furia.

Todos quedaron en silencio, sabían que lo que más odiaban los estudiantes de Slytherin eras ser llamados "rastreros" lo odiaban con todo su ser, en especial Narcissa Black quien era demasiado sensible pero claro que aquella sensibilidad no la detenía a defenderse a ella y a los suyos.

—¿Potter? ¿Tu novio traidor?— dijo Narcissa viendo a la leona

—¡No le digas así!— refunfuño la pelirroja con coraje

—¿O si no que, sangre sucia inmunda?— dijo con repudio la joven rubia

En ese momento Lily Evans ardió en coraje, así que como leona se abalanzó hacia la rubia tomándola por el cabello. Cissy no tardo en soltar un chillido de horror, Severus no tardo en reaccionar y tomar a su amiga de la cintura para alejarla pero la pelirroja no se lo permitió.

—¡Maldita sangre sucia suéltala!— demandó el Slytherin, orden que no fue escuchada

Nadie quería intervenir pero no fue necesario cuando muchos pasos se escucharon, todos los estudiantes se abrieron y en seguida un rayo dorado tiro a la pelirroja al suelo, todos miraron a Prince quien fue la persona que tiró el hechizo.
Todos volvieron a concentrarse en los pasos al fondo y vieron llegar a cuatro muchachos, aún con la situación no pudieron evitar pensar lo atractivos que se veían, en especial Sirius Black quien tenía la camisa abierta unos dos botones y cabellos en su rojo rostro por el esfuerzo de correr.

—¡Lily!— otra voz se hizo presente —¡Maldito idiota! ¿¡Qué le hiciste!?— James Potter ayudo a su novia a levantarse

—¿A quien le dices idiota, Potter?— saltó el defensor del Prince. Sirius Black

𝐐𝐮𝐨𝐝 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐝𝐞𝐬𝐭𝐫𝐮𝐢𝐭 (Snirius) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora