𝐐𝐮𝐨𝐝 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐝𝐞𝐬𝐭𝐫𝐮𝐢𝐭 (Snirius)

𝙸𝚅

—Mis queridos hijos

Los hermanos Black estaban regresando del colegio por vacaciones de pascua. Los hermanos Black fueron recibidos por sus padres y un beso caluroso por parte de us madre en sus mejillas.

—Basta, madre. No somos unos chiquillos de once años— recordó Sirius sacudiendo su saco

Regulus se limpió la mejilla con un pañuelo que tenía en el interior de su saco viendo como el labial de su madre se quedaba en este.

—Su madre solo está entusiasmada de verlo, hijos míos— Orion los saludo con un abrazo de bienvenida

—Que guarde compostura— dijo Sirius empezando a caminar siendo seguido por su hermano y padres.

—Hay que llegar lo más pronto posible. Los Prince nos han invitado a una cena por su llegada— informó Walburga a sus hijos

En seguida la familia aprecio en su residencia donde fueron recibidos por su elfo doméstico, Kreacher.

—Amos, Black— el pequeño ser hizo una reverencia ante los ojos de sus dos amos menores —Kreacher está complacido de tenerlos devuelta

—Kreacher, lleva las maletas de los niños a sus habitaciones y ordénalas— ordenó Walburga a lo que el elfo asintió

—Igual estamos complacidos de volver a verte, Kreacher— dijo Regulus haciendo que el elfo sonriera solo un poquito

Sirius tocó la cabeza del elfo en acto de agradecimiento y pasó de largo seguido de su hermano.
Ambos Black le tenían especial afecto al elfo pues fue su único amigo antes de entrar a Hogwarts. Kreacher jugaba con ellos y les cocinaba deliciosas galletas de jengibre cuando se lo pedían y el elfo estaba feliz de complacer a sus amitos.

El elfo desapareció con ambas maletas para hacer lo que se le ordenó con rapidez y eficacia.

—Cuéntenos todas las novedades— dijo Walburga sentándose frente a sus hijos, acto que le imitó Orion

—Nada nuevo— mencionó Sirius con total desinterés

—Sirius es demasiado modesto, madre— Regulus comenzó hablar —Este año nos depara algo exquisito, padres

—¿A que te refieres, Regulus?— preguntó el patriarca Black

—Padre, madre. Sirius está a punto de iniciar una revolución que traerá la gloria a nuestras manos

—¿Qué quiere decir Regulus, Sirius?— el nombrado la miro. Ya no podía evadirlo más, no cuando su querido hermano ya lo había contado y su madre estaba usando ese tono autoritario con él—Explícate ya, Orion

Sirius miro a sus padre con expresión pacífica. Sabía que si ya era un orgullo para ellos, lo que estaba a punto de decir harían que lo nombraran jefe de casa ya mismo.

—Regulus tiene razón, madre— un par de grises ojos se fijaron en él—En Hogwarts sucedió un terrible hecho, abominable para nuestra querida Cissy y para mi amado Prince.

Ante la escasa información los magos mayores se miraron entre sí. ¿Qué había pasado?
Sabían que Narcissa era la más tranquila de las tres hermanas y solo algo grave pudo haber perturbado su serenidad. Lo mismo pasaba con su querido niño Prince, Severus era amado por todo aquel que lo conocía y ellos no fueron la excepción y aún más cuando se enteraron de la relación que había entre él y su heredero. Eran conocedores de la casi infinita paciencia que guardaba el Prince así que no tenían idea de lo que pudo desencadenar aquel suceso del que su hijo mayor hablaba.

—Una nacida de muggles fue esparciendo el rumor de que Cissy era bañada en sangre de unicornio para ser tan bella. Algo que enojo a todos sabiendo que los unicornios son intocables— comenzó a narrar Sirius—Hicieron ver a Narcissa como un monstruo, capaz de todo. Claro que nuestra querida Cissy no se dejó intimidar y enfrentó aquella Gryffindor