𝟐. 𝐒𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞𝐫𝐨 𝐬𝐞𝐥𝐞𝐜𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐝𝐨𝐫

283 37 9
                                    

Mansión Stark - 1 de septiembre, 1970

Arabella Stark no quería pararse de la cama, temía que todo lo que se había imaginado durante ese mes, se hiciera realidad, era mejor idea quedarse en su casa para siempre. Se tapó con las sábanas hasta la cabeza, se estaba escondiendo.

— ¡Arabella! — gritaba Macarena por toda la casa — ¡Arabella, despierta! ¡Es hora de irnos!

Ella no quiso responder, hasta que la puerta se abrió y alguien la tomó en brazos, levantándola de la cama.

— ¡Ahhhh! — gritó la niña.

— ¡Es hora de levantarse! — exclamó su papá riendo. La dejó de nuevo en la cama y se acostó al lado de ella. Arabella se giró y abrazó muy fuerte a su padre, cómo si temiera que fuera a irse si lo soltaba.

— No quiero ir — susurró — No me hagas ir, las niñas van a ser malas, los demás no me van a hablar, no quiero que me traten diferente — murmuraba la niña aún sin soltar a su papá.

— Nada de eso va a pasar, cariño — el señor Stark acaricia el cabello de su hija y se le rompía el corazón al escuchar que su primogénita temía ir a la escuela  que el tanto había disfrutado — Nada de eso va a pasar — repitió — Harás buenos amigos, serán muy bueno años. Hogwarts es un lugar mágico — Arabella lo miró y ambos rieron ante el juego de palabras — En todo caso, si no te gusta, siempre puedes ir a Ilvermony.

— ¿Y si mejor mamá me enseña en casa? — ambos sonrieron.

Antes de que Tom Stark pudiera responder, irrumpieron en el cuarto su esposa y su hija menor, ambas se lanzaron a la cama con ellos y abrazaron a Arabella.

— Todo va a estar bien, amor — está vez habló su mamá — Vas a hacer amigos y te vas a divertir, a parte, recuerda que tienes a Sirius — la niña sonrió — En todo caso, siempre nos tienes a nosotros.

La mayor de los Stark, se sintió más confortada con las palabras de sus papás hacia ella.
Después de un baño de 30 minutos, Arabella bajó al comedor sin intenciones de desayunar, porque era capaz de vomitarlo en el camino.

— ¿Estás lista? — le preguntó entusiasmado el señor Stark.

— Si vuelves a preguntarlo correré a mi habitación y ahí me quedaré hasta los 30 — le respondió con pesar y arrastrando los pies hasta la salida.

— No te aflijas — la animó su mamá — Acuérdate que hoy verás a Sirius.

Arabella le había contado a sus padres sobre el chico Black. Al principio, los señores Stark no estaban muy de acuerdo, hasta que la pequeña les habló sobre los ideales y distintas creencias que tenía Sirius (razón de muchas disputas en esa casa) y en especial sobre los muchos problemas familiares que él tenía. Así que lo terminaron aceptando, aparte, de que era el único amigo que ella tenía.

Estación King Cross - 1 de septiembre, 1970

Se dirigieron hacia la famosa estación de King Cross. Con una Arabella más animada, bajo la idea de que vería a su amigo.

— ¿Qué demonios? — murmuró la niña al ver su boleto del tren.

— ¡Arabella, lenguaje! — exclamó Lorelei, alarmada.

— Es que dice que tenemos que ir a la plataforma 9 3/4. Eso no existe— decía muy molesta.

— Cuida tu lenguaje, jovencita.

El señor Stark, venía caminando hasta atrás abrazado de la cintura por Maca, quienes no se habían dado cuenta de la confusión de las otras dos Stark.

All of us must dieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora