Episodio 3

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- ¿Cómo es eso de que mañana no vas al club con la familia? – preguntó el señor Carvajal mientras cenaba la familia completa.

- Es que quiero tomar la mañana para repasar algunos temas de anatomía y luego por la tarde voy a una barbacoa por el cumpleaños de un conocido – respondió Valentina con voz suave, su padre la miró fijamente con cierto disgusto que su madre notó.

- Me parece genial que te diviertas un poco, te mereces distraerte un rato, te he visto muy estresada las últimas semanas – le regaló media sonrisa.

- Gracias, mamá – le devolvió el gesto – Estuve muy estresada por el examen, pero ya siento que me quite un peso de encima. Por lo menos por las próximas semanas.

- ¿Quiénes organizan la barbacoa? – preguntó su padre.

- Es el cumpleaños de Nico, un amigo de Juls, y han organizado un pasa tarde – su hermano asintió orgulloso de que su hermana pudiera hacer frente a las malas caras de su padre.

- Seguro se la pasan muy bien – comento el joven – y como dice mamá, te lo mereces – ella sonrió.

- ¿Tú también iras? – comentó Isabella.

- No, tengo que acompañar a Sofia – su novia – a la presentación del libro de mi cuñado.

- Bueno, entonces seremos Ivanna, papá y yo en el club – sonrió. La verdad a sus hijos a veces les costaba entender cómo es que sus padres tenían tantos años de matrimonio, eran como el agua y el aceite, él era del tipo de persona que quería dirigir y mandar en la vida de los demás, sobre todo en ellos, y ella era toda luz y simpatía. Los apoyaba en todo y les demostraba su amor en todo momento, su esposo por el contrario parecía no tener emociones.

El resto de la cena fue bastante animada, la hermana menor bromeaba quejándose de que la dejaron sola con sus padres y su aburrido juego de pádel. Fede y Valentina reían fuerte y su madre la consolaba, pero riéndose también.

Un poco más tarde esa misma noche, Isabella fue hasta la habitación de la ojiazul pues el brillito de sus ojos le anunciaba que algo estaba pasando en su vida y ella no quería quedarse fuera. Se sentó junto a ella en el pequeño sofá frente a su cama.

- Cuéntame, quiero saber todo – dijo con voz cómplice – Ese brillo en tus ojos tiene nombre y no lo niegues porque te conozco muy bien – ella sonrió un poco avergonzada. Eso de hablar de sus cosas amorosas con su madre no era del todo cómodo, suspiró y empezó a hablar.

- Conocí a alguien, mamá – confesó – Es una chica muy linda y tiene una sonrisa de ensueño, es increíble – sus ojos brillaban de emoción y su corazón latía por la misma razón.

- ¿En la universidad? – preguntó.

- No, la conocí por casualidad y después fui a su taller – su madre la miró sin entender – Es que ella es mecánica y repara el coche de Fede, entonces lo acompañé hasta allí y ahí volvimos a coincidir. Me invitó a salir y la pasamos muy bien, fuimos a tomar café, es muy dulce y divertida... me gusta su forma de ser.

- Ese brillo en los ojos te delata, se nota que te ha impresionado – dijo su madre - ¿Saldrás con ella mañana?

- Sí, es el cumple de su mejor amigo y me invitó a la fiesta – sonrió - ¿Crees que papá se enojó?

- No lo creo, y si así fuera mucho no podemos hacer. Ya sabes cómo es, así que es cuestión de darle un poco de tiempo para que se le pase – le respondió.

- Pues sí – suspiró - ¿Crees que algún día me acepte? – la tristeza visitó sus ojos.

- Lo más importante, mi pequeña, es que te aceptes a ti misma y eso ya lo hiciste... estoy muy orgullosa de ti – la miraba fijamente – Que defiendas tus sentimientos y alces tu voz, mamá va a estar contigo siempre, no importa lo que pase, porque te amo con todo mi ser.

Sueño de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora