Episodio 17

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- ¿Nos vemos esta noche? Es que quiero invitarte que conozcas unas amigas de la universidad, es el cumple de una de ellas - decía el mensaje que recibió Valentina de parte de su novia.

- No creo que pueda, es que le prometí a Ivana que la acompañaría al cine, lo siento – respondió.

- No te preocupes, amor, otro día las conoces.

- ¿Quieres venir con nosotras? – propuso.

- Mejor no, es tiempo de hermanas, seguro quiere platicar y todo eso. ¿Te molesta si voy con Nico a la fiesta? – a la ojiazul no le hacía mucha gracia, pero cedió.

- Por supuesto que no, diviértete. Me escribes cuando llegues, por favor.

- Cuenta con ello. Te amo, cielo – fue el último mensaje que le envió.

- Te amo, amorcito – le respondió.

- ¿Y esa cara? – preguntó Ivana.

- Juliana va a una fiesta llena de chicas – respondió con disgusto.

- No seas celosa, aparte con lo enamorada que está la Juli no creo que nadie tenga la más mínima oportunidad – comentó – Ahora vamos que esta película es tan buena que no me quiero perder ni la publicidad.

Aquella noche les sirvió para olvidar un poco toda la vorágine en que se habían convertido sus vidas desde que supieron de la separación temporal de sus padres. No era fácil para ninguno de los involucrados, así que una noche de chicas les caía como anillo al dedo.

Los días pasaban y Valentina navegaba en un mar de emociones, por un lado, la felicidad porque sus sueños empezaban a tomar forma con su ingreso a la escuela de danza y por el otro la tristeza de la separación, aunque temporal, de sus padres. Esto último representaba una enorme carga sobre sus hombros que su familia intentaba aliviar haciéndole entender que nada de lo ocurrido era su culpa, el matrimonio Carvajal traía sus propios conflictos y situaciones desde mucho tiempo atrás, solo que se hicieron de la vista gorda ante ciertos comportamientos. Si era honesta consigo misma, debía reconocer que le preocupaba más su padre que su madre, después de todo ella contaba con el apoyo de sus hijos, pero él se había obligado a sí mismo a pasar por esto solo como si de una especie de castigo se tratara.

Ese pensamiento fue lo que la impulsó a visitarlo aquella tarde en su departamento, hacía poco más de un mes que no estaba en la mansión, lo echaba de menos y necesitaba hacer un último intento por hacerlo entender que no tenía que atravesar todo aquello solo. Bastaba con que entendiera la simpleza de la vida, que se diera cuenta que la belleza del amor radica en hacer todo lo posible porque el ser amado sea feliz, que se diera cuenta de que lo que diga la gente no debe importar en tanto tengas convicción de tus actos y no hagas daño al resto. Le llevo una porción de su pastel favorito y un par de libros que dejo en casa.

- ¿Cómo has estado? – preguntó luego de abrazarlo.

- Bien, aunque debo reconocer que he estado mejor – respondió y besó su frente, él también la había echado de menos, pero su vergüenza era mayor como para acercarse a ella después de su comportamiento – Siéntate, por favor – le pidió y ella le hizo caso – Tú, ¿Cómo estás?

- Muy bien, emocionada con todo lo que me está pasando. Ya empecé mis clases de danza – sus ojos se iluminaron y su padre sonrió en automático – es lo que siempre quise hacer, bailar.

- Siento no haberme dado cuenta de eso o, mejor dicho, haber pasado por alto tus sueños por imponer los míos. Juro que nunca quise hacer de tu vida algo miserable, solo pensé que sería lo mejor para ti y nuestra familia – explicó – La clínica es una especie de tesoro para mí, por eso quería que estuviera en manos de uno de ustedes... y eres tan buena en medicina - suspiró con cierta vergüenza – De verdad lo siento.

Sueño de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora