9. Un momento

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—¿No dirás nada?

—¿Qué quieres que diga?

GRAN pregunta ¿Qué quería? Que respuesta esperaba...

¿Ahora? ¿De la nada? ¿Simplemente veía a su casa a declararse? ¿A caso Win no pensaba?

Aunque Win quería algo como: ¿Enserio? Tu también me has gustado desde hace muchísimo tiempo. No tuve el valor para decirlo antes e hice está farsa como último recurso para que tú pusieras en orden tus sentimientos. Ahora que se que te gustó cancelaré está locura.
Si, una respuesta así.

Pero hubo silencio mientras Bright sacaba el pastel del horno.

—Deja está broma —Murmuro mientras partía fresas con un tono de voz bajo.

Una súplica. Estaba haciendo un gran esfuerzo. Necesitaba que Win negara.

—No es una broma. Me gustas, me gustaste desde hace mucho.
Bright negaba, quería hacerse el sordo.
¿Ahora? Su cerebro le enviaba todo de vuelta. No iba soportar.

¿Qué debe hacer? Pareciera que el destino decidió finalmente comenzar a reírse de él.
Parecía una broma de muy mal gusto.

¿Todo lo que pedía en el pasado se cumplía ahora? Algo tarde querido destino.
Ya no quería una mascota, no quería saber que carrera elegir, no quería más tiempo en el trampolín, pasar un examen, superpoderes ni ser millonario ¿Estaba metiendo algunas cosas estúpidas en su pensamiento para aligerar esto? Si. Porque sumarle gracia era un pequeño mecanismo de defensa.

Años, meses, días, horas, minutos... Todo el tiempo. Podía verse a su yo pequeño después de conocer a Win.
Porque a su suerte tenía pocos momentos en su vida sin él.

El mini Bright que después de pasar mucho tiempo con su amigo se ponía tan contento que parecía haberse librado del colegio por unos años. Pero Win le gustaba más que faltar al colegio para quedarse viendo caricaturas... El gusto por el colegio inicio así, porque en los primeros días de clase habían sido difíciles para ambos. Tanto que Win deseaba cambiarse de colegio y Bright tener escuela en casa.

Sin embargo aquel día que ambos sacaron una libreta idéntica todo cambio.

Puede que su madre tuviera una idea de que le gustaba su mejor amigo al principio y el agradecía que luego de habérselo confirmado en secundaria ella le dejara su espacio.

Ella veía a su pequeño dibujar conejitos en todas las esquinas de los apuntes, también en las hojas finales de su cuaderno encontraba dibujos de zanahorias e intentos de lobos junto a varios juegos de gato con tintas de colores.

—¿Colores? Ah si, Win llevo unas plumas con muchos colores, era increíble. Todo en uno.

En ese tiempo ambos habían formado un plan: había días donde alguno “Olvidaría” que había de tarea y así podrían hacerla juntos en alguna casa.
Plan perfecto... Que fue notado inmediatamente por ambas madres y termino sugiriendo que si ambos anotaban todo en clase podrían jugar juntos después de la escuela.
¿Trabajos en equipo? Win y Bright
¿Actividades en pareja? Win y Bright
¿Se necesitan dos voluntarios? Ellos.

Win se convertía en su eterno presente repentinamente. Encontraba como poder incluirlo:
“Tengo un nuevo amigo, su nombre es Win”
“Win te caería muy bien tia”
“Mamá. Win parece un conejito ¿verdad?”

Ambos pequeños planeaban como estar juntos los fines de semana y encontraron la forma: Entrenamiento profesional de fútbol.
Después de la escuela estarían juntos dos horas más aún luego de hacer la tarea. Los fines de semana tenían partidos y eso quedó solucionado por cuatro años.

Hasta que dejaron de hacerlo porque aún si ambos amaban el fútbol no se veían en un futuro de aquella forma.
Win se decidió por ingeniería y Bright después declinar y adentrarse en casi todas las carreras finalmente quedó en medicina.

Ambos estudiaban juntos la mayoría del tiempo incluso cuando solo debía estudiar Bright.
En principios de carrera Bright lo lleno de post it de varios colores:
Amarillo: Partes del cuerpo
Verdes: Huesos.
Rosas: Órganos.

—Liberame —Le hizo un puchero.

—No puedo, debo aprender esto —Iba recogiendo los papelitos de colores cada que ya sabía los nombres.

—Tengo comezón en mi boca

—No, en tus labios. La boca es adentro.

—¡Ayuda!

—Ya casi, mira ya solo me faltan los verdes.

—¡Señora Vachirawit! —Su amigo le miro serio.

—Conoces la entrepierna ¿Verdad?

—¿Eh?

—Si le gritas a mi madre otra vez. Te señalaré la ubicación con una elegante patada de conocimiento.

Poco tardo Win en tomar una pequeña venganza, desarmo la computadora de Bright y esté sentía que su alma se alejaba lentamente de su cuerpo cuando el futuro ingeniero “Termino” su trabajo y sobraron piezas.

—No es una broma, me gustas desde preparatoria.

—Termina esto.

Win iba prácticamente a un rechazo, era obvio. Fue solo a liberar su sentir y de repente no quería un rechazo. Se negaba.

—Entiendo que sea extraño porque estás por casarte y yo...

—Win, solo cállate —Interrumpió.

—No puedo, ahora tengo demasiadas ganas de hablar —No esperaba una reacción así de Bright.

—Win, tú... Solo... Hazme el favor de callarte —Metio el pastel con ligeros adornos al refrigerador.

—¿Por qué?

—Estoy teniendo un debate interno.

Win río un poco —¿Debate?

—Imagina que yo me confesara a ti ahora — “¡Sería grandioso!” penso Win a sus adentros. Agregando que también le dijese que podría cancelar su boda —Win, dame un momento ¿Si?

—Sé que debe ser una sorpresa per...

—Si tuvieras idea cuánto suplique simplemente te querías callado.

—Bright.

—Rogue muchísimo tiempo a todo: universo, dioses, energía... Y finalmente lo dices —Paso las manos por su cabello.

Metawin se sorprendió y sintió un poco de felicidad aunque la disimulo. Su amigo deseaba escuchar eso ¿Desde hace cuanto? Quería tomar la mano de Bright y que finalmente se vieran a los ojos por un rato. Necesitaba poder sincerarse completamente con él.

Win podía ver la punta de las orejas del otro chico con un pequeño toque rojo —Pero finalmente lo dije... —Suavizó su tono extendiendo la mano para poder finalmente tocarle.

Bright suspiro y en lugar de tomar la mano de su amigo agarro una servilleta para limpiarse la nariz. Otra vez negó y se limpio las pocas lágrimas que aparecían para voltear a otro lado.

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Ayúdenme si ven errores para poder corregir porfavor 🖐️

68 días para una boda | BrightWin/BrighTuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora