20. Frio

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—Disculpame. Es un desorden, pero Bright me lo dijo —Dew se le quedó viendo. Ella se recostó en la cama y al no encontrar el peluche que su amigo solia tener tomo una almohada y la abrazo —Llegó corriendo a casa.

—Lo siento.

—¿Y eso? No hiciste nada.

Tenía razón, pero algo le dijo que quizá también ella deseaba una disculpa de su parte.

—¿Te casarás con él?

Levanto la mano sin el anillo y Dew sonrió lento. Nunca le diría que no aprobaría a Bright para ella (ni para Win) porque no sería su elección.

Se levantó del escritorio y abrió sus brazos justo al momento en que su mejor amiga se lanzó para abrazarle y empezó a llorar como bebé.

Cuando creía que podía detenerse y únicamente sollozaba mientras empezaba hablar despacio, rápidamente volvía a llorar. Él solo abrazaba más fuerte y escuchaba.

Se quedó en su casa un par de días, jugaban, hablaban y cocinaban. Hasta que ella decidió irse.

—Ojala me hubiese enamorado de ti.

Dew terminó de ponerle una de sus chamarras y negó haciendo una mueca antes de ponerle el gorro —No, gracias.

—¿Eso debería ofenderme?

—No, creo —Cargo la mochila de su amiga hasta la puerta y le ayudo a subir al auto —Me llamas.

Tontawan asintió y se despidió con su mano —Salúdame a Win.

—No —Cerro la puerta y volvió a casa, respondiendo el teléfono.

La horas volaban, Bright corría de un lado a otro teniendo poco tiempo para pensar.
Off y Gun se acoplaban a un horario.
Dew respondía el teléfono pero a veces se perdía por la escuela.

Win estaba solo, su madre iba con la de Bright para ayudarle con algunas cosas de la boda (aunque no le dijera).
Él se distraía lavando platos y escuchando música, más por tener ruido y no hacerlo pensar que por querer escucharla.

La puerta se abrió y se asomo —¿Hola? —Dew entro y dejo su mochila en un sillón antes de llegar a él —Mamá me invitó a comer hoy.

—No le digas mamá a mi mamá.

—Ella dijo que podía decirle así.

—¿Cómo entraste?

—También me dijo donde está la llave de emergencia.

—¿Tenemos llave de emergencia?

Dew levantó los hombros restándole importancia mientras tomaba un plato y le ayudaba a terminar.

—¿Ya comiste? —Win asintió —¿Has estado bien?

—Si.

Habían hablado por mensajes, pero no profundizaron en detalles. Limpiaron un poco la cocina y luego de poner algo en la TV se acomodaron para hablar más cómodos.

—¿Tu se quedó en tú casa?

—Solo un par de días.

—No me gusta su derecho de antigüedad.

—Una pena, ella llegó antes.

Siguió la conversación hasta que empezó a llover.

—Ni el clima quiere que se casen —Dew cerro la ventana.

—¿No quieres que se casen?

—Para mi, desde mi punto de vista. Bright no es digno, pero quien elige es ella.

—Interrumpe la boda entonces.

—Si tú quieres interrumpir solo hazlo.

—Bright, dejo mi invitación la última vez que vino —Miro a la ventana —Fue incómodo —Mordió su labio —Tambien triste y vacío. Desesperante, sentía que no podía respirar y era muy lento... Pero después de que se fue, todo paso muy rápido.

Dew se acercó tomando su mano —Te confesaré que tampoco me parece digno de ti. No te molestes, pero merecen alguien que los elija —Le tomo su otra mano —Aunque debió sentirse terrible... También puedo entenderlo.

—Jamás debí decirle nada.

—Era el momento. Alguna vez iba saberlo, le diste una oportunidad a lo suyo y quizá lo merecían.

—Ella no.

—No podemos proteger a todos —Le dio unas palmadas en las manos y le sonrió poco —Y pasando a lo que realmente me importa en este momento ¿Cómo estás? —Win suspiro y empezó a ver a todos lados —Para mi eres quien importa.

—Dew.

—¿Qué? —Win negó —Se puede caer el cielo ahora, no me interesaría. A mí me interesas tú. A la mierda todo lo demás.

—Agh... No me trates bien —Tapo su rostro —Estoy pensando en ella.

—Metawin, te repito: Me importas tú, no es relevante por quien sientes pena. Ella está bien.

—Me moría —Su voz empezó a quebrarse —El día que dejó ese maldito sobre...

Dew se acercó y le abrazo. Dudó, quizá su amigo no quería contacto pero se arriesgo. Por su parte Win quería lanzarse sobre él desde que lo vio atravesar la puerta.

—Viene y mueve todo. Me dice que me quiere y deja eso —Tosió al sentir no poder respirar y empezar a temblar —Todo se volvió tan frío en un golpe, tan seco, pude sentir como todo se detuvo —Sorbio su nariz y quito las manos de su rostro con la cara empapada para limpiarse inútilmente las lágrimas —Y, y solo se fue...

Mordió su labio y hundió la cabeza en el cuerpo de Dew, había empezando a llorar sin poder detenerse. Respiraba con pesadez y cuando pensaba que se detendría hablaba un poco más.

—Quizá fui terco, pero me aferre a la idea. Yo creía que podía sentir lo que yo.

—Estoy seguro que sintió —Le acaricio la espalda con cuidado.

—No lo hizo. No fue igual. Hubiese preferido que me hubiese rechazado al principio. No dolería tanto.

—Bright, tenía mucho en él. Sabes que también te quiere mucho.
Le gustas mucho.

Le llegaron los recuerdos de los pocos besos que se dieron y negó abrazando a su amigo con más fuerza. Le habían empezado a arder los ojos, la lluvia también había tomado más fuerza, sentía frío.

—Ya no puedo sentirlo cerca —Miro la ventana como si pudiera ver a su mejor amigo ahí —Todo se perdió.

Los dedos entre su cabello le hicieron relajarse y empezó a parpadear lento. Llorar cansaba, cansaba peor que el agotamiento por entrenamientos.

Hubo un silencio y luego se enderezó, Dew le limpio las lágrimas y le sonrió mientras le acariciaba el rostro. Win sorbió la nariz y negó.

—No vas a perderlo.

— — —

Gracias por leer

68 días para una boda | BrightWin/BrighTuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora