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Los últimos segundos del partido se desvanecen con una velocidad cada vez mayor, las gradas repletas de estudiantes que habían ido a apoyar al equipo y sus gritos sonaban en toda la cancha. El marcador estaba empatado, todo dependía de la próxima jugada.
La tensión que había en el aire era inmensa, todos los jugadores forman una reunión en círculo (huddle), planificando su siguiente movimiento, en donde el mariscal de campo da las instrucciones a sus compañeros.
La cancha estaba llena de gritos de los estudiantes, mientras los jugadores se alineaban en posiciones para esa jugada crucial.
Todo mundo está muriendo internamente por los nervios que toda la situación generaba, repentinamente, el balón es lanzado.
Él corrió con toda la fuerza que sus piernas le permitían, extendiendo sus brazos hacia adelante, el balón aterrizó con fuerza en sus manos y, sin darse cuenta, estaba ya en la zona de anotación.
"¡TOUCHDOWN!"
El público enloquece y sus compañeros lo cargan entre hombros por la emoción, todos gritando su nombre, acción a la cual se uniría toda la gente que se encontraba en las gradas.
"¡Frank!, ¡Frank!, ¡Frank!"
Su rostro no podría expresar otra cosa más que felicidad.
...
08:48 p.m.
—¿Realmente voy a entrar en eso?
—¡Te he dicho que sí más de 8 veces! Conseguí uno de tu talla para que fuese cómodo, porque pueden venir ajustados de ciertas partes y de otras te quede todo flojo.
Gerard, estudiante de la clase de arte, se encontraba en los vestidores de chicos que habían usado los jugadores del equipo de fútbol americano hace un momento, a escondidas, junto con ayuda de su mejor amiga, Amy.
Le había conseguido un vestido de porrista, ya que a él le daba mucha curiosidad desde hace tiempo verse en uno. Amy se lo había llevado para probárselo después de que los chicos salieran de los vestidores, en su defensa, después de que salían los chicos nadie entraba ahí, y no quería que lo vieran.
Voltea a uno de los espejos que estaban en el área, y por primera vez en sus 19 años de edad se había visto en un vestido.
¿Se veía mal? Para nada, lo contrario.
—Con eso puesto hasta el más heterosexual se sonrojará al verte —dice su amiga a manera de bromear con él, pero dando a entender que efectivamente, se veía muy lindo.
El chico se ruboriza un poco ya que, bueno, mentira no era, amaba como se veía en ese momento, se sentía lindo.
Durante ese lapso en donde reían, jugaban y en donde Gerard no paraba de verse al espejo, ellos no notaron de que el ganador del partido de fútbol de hace unas horas y mariscal de campo del equipo estaba viendo al chico, justamente en la entrada, no hasta que Gerard observó de reojo y se llevó esa incómoda sorpresa.
