31°- Bumble is a sh*t

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Gerard siempre veía como Ray terminaba saliendo con chicas preciosas, pero nunca entendía donde mierda las conocía y como ellas terminaban enganchadas a su mejor amigo

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Gerard siempre veía como Ray terminaba saliendo con chicas preciosas, pero nunca entendía donde mierda las conocía y como ellas terminaban enganchadas a su mejor amigo.

Nunca fue un tipo de muchas relaciones y las que tuvo siempre eran conocidas de su trabajo, de la universidad o de amigos en común. Tampoco es como si sintiera la necesidad enorme de follar cada día por lo que tenía que buscar a alguien desesperadamente, pero le causaba curiosidad la urgencia de otras personas y el vicio que era deslizar a la derecha o a la izquierda en el catálogo de propuestas que eran esas aplicaciones.

Una noche, su amigo le insistió tanto para que se creara una cuenta que terminó cediendo. Solo miró como Ray tomaba su celular para instalar Bumble, que, según él, era de las aplicaciones de citas más decentes que existía ya que sabiendo como era Gerard, no lo iba a lanzar de primeras a Tinder porque terminaría demasiado abrumado.

Ray inició creando su perfil, llenó ciertos datos y subió algunas fotos suyas. Cuando terminó, dejó el celular en sus manos para que empezara a ver si algún tipo le llamaba la atención, pero nada… eso nunca pasó y terminó tirando el celular al sofá, harto de no comprender cuál era el objetivo de todo eso.

—Te rindes demasiado rápido.

—Pues me parece una mierda este mundillo.

—No le das una oportunidad tampoco.

—Se la di y no me parece que haya sido bueno.

—¡Gerard! Te dejas llevar mucho por la apariencia de las personas.

—Literalmente lo primero que veo es la foto de un desconocido, ¿cómo pretendes que no me deje llevar por las apariencias?

—Uh… qué estrés…

—En fin, no necesito esto, Ray. Voy a desinstalar esta mierda.

—¡Espera! ¿Qué día es?

—Jueves, creo —Ray miró su reloj y abrió los ojos al ver la hora—. ¿Qué pasa?

—Vas a tener una cita a ciegas online —el pelinegro frunció el ceño.

—¿Qué?

—Sí. Escucha, los jueves hay una dinámica en la app. Es como una cita rápida, pero a ciegas. Te emparejan con alguien que no sabes quién es y hablan durante 15 minutos. Si se caen bien y hacen match, pueden seguir conversando. Sino, puedes pasar al siguiente. ¿Te agrada la idea?

—No, la verdad.

—Ay, no seas un aguafiestas. Solo entra, conversa con un desconocido y diviértete, Gee. No tienes nada que perder —le pasó el teléfono con la dinámica a punto de empezar y salió de la habitación de Gerard.

El pelinegro se quedó sentado sobre su cama sin tener muy claro qué iba a hacer, aunque Ray tenía mucha razón… no tenía nada que perder.

Solo que, si era una mierda esa cita, iba a desinstalar la aplicación y le pegaría un puñetazo en los huevos a Ray.

FRERARDTOBER 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora