10.1°- Inattendu

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Nunca sabemos lo que nos depara la vida al día siguiente, o ni siquiera sabemos lo que nos pasará en un par de minutos

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Nunca sabemos lo que nos depara la vida al día siguiente, o ni siquiera sabemos lo que nos pasará en un par de minutos. El futuro es algo incierto, y con muchas cosas que nunca imaginaríamos que pudieran pasar, pero el destino es algo que está marcado y es imposible de ignorar.

—Un placer, mi nombre es Frank Iero, y soy su maestro de Filosofía. Estaré con ustedes todo el semestre, así que procuraremos llevarnos bien. El reglamento es bastante sencillo, y a quien no le parezca, lo invito a cambiarse de grupo —escuché decir a ese maestro enano que acaba de entrar al salón. Es más, parece que él es el estudiante y cualquiera de nosotros es el maestro. Estás tan sumergido en tus pensamientos que no te percataste de que el maestro te estaba llamando.

—Señor Way, si se encuentra aquí con nosotros, porque si no es así, de todo corazón lo invito a salir de la clase, si es usted tan amable.

—¿Lo de salir es real? Porque, siendo sincero, no quiero estar en tu clase, Frankie.

El profesor frunció el ceño, pero respondió con un tono amable.

—Así es, señor Way, usted puede salir de la clase en el momento en que lo desee, siempre y cuando tenga presente el reglamento. Ahí está todo. Que tenga un buen día.

Todo el grupo quedó impactado ante lo sucedido, y esperaban que el profesor explotara, pero sucedió todo lo contrario. Iero dejó de prestarme atención, igual que mis compañeros, y prosiguió pasando lista. Sentí que alguien me tocó el brazo y volteé a ver quién era.

—Gee, ¿estás bien? ¿Cómo se te ocurre hacer ese tipo de preguntas al profesor Iero? ¿Y más, tutearlo? No sé si sepas que él es el maestro al que todo el mundo le teme, aunque lo veas así de dulce con su sonrisa, es un ser del demonio, o eso dicen.

—Cálmate, Ray. No es el primer maestro a quien reto. Ya sé cómo manejarlo.

—Gerard, es que no estás entendiendo, él no es como los demás, te juro que hasta los más temidos de la universidad cedieron ante Iero, cuidado, te lo digo porque es algo serio, por favor tómalo en cuenta, ¿sí?

Obviamente hice caso omiso a lo que Ray me dijo. Clases tras clases, continuaba siendo un alumno problemático para el temido profesor Iero. Aunque sus debates en el aula eran intensos y a menudo llevaban a discusiones acaloradas, Iero nunca sacó el demonio interior por mi culpa y eso a toda la clase le parecía extraño, porque prácticamente lo habían asignado al grupo por ser un maestro que pone en su lugar a todos sus alumnos.

Por otro lado, a pesar de las diferencias, no podía evitar sentir una extraña atracción hacia él, era algo inexplicable que me causaba confusión. Eso era lo que me hacía retar a ese enano, tener su atención era lo que más lo anhelaba, pero no entendía por qué. Anteriormente, cuando iba en secundaria me sentía así con Bert, lo molestaba y le hacía la vida imposible para tener su atención, pero lo ignoraba totalmente. O sea, ¿cómo podría sentir atracción por un chico? ¿por un hombre? Eso era incorrecto, y ahora sabía que estaba pasando otra vez… Quiero decir, yo soy el típico chico que atrae a un montón de mujeres, alguna me tiene que quitar esa sensación extraña, ¿no? o puede que si dejo de pensar tanto en ese tal Iero y sus bellos ojos color olivo se me pase ¿verdad?

FRERARDTOBER 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora