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A pesar de que las deducciones de Wei Wuxian no eran más que una simple teoría, él estaba seguro de que tenía razón, y de esta manera, podría resolver sus problemas sin temor a caer en el olvido como un alma errante.

Junto a Jiang Cheng, habían concebido un plan para localizar el origen de la fisura, aprovechando las extrañas fluctuaciones de frecuencia que variaban según su ubicación. Wei Wuxian podía detectarlas, aunque con cierta dificultad.

Se encontraban en la universidad, y las miradas de desconcierto que recibía Wei Wuxian contrastaban con sus habituales días en los que lucía maquillaje exquisito y ropa provocativa. En esta ocasión, llevaba prendas simples de su guardarropa, sin tiempo para adornos cosméticos. Jiang Cheng le señaló que aún sin estos elementos, Wei Wuxian seguía siendo una verdadera "tn", deslumbrante en su sencillez.

—Bien, una vez terminen las clases, iremos en busca de un osciloscopio portátil para analizar las frecuencias. Un buen punto de partida sería la calle donde ocurrió el intercambio —explicó Wei Wuxian.

—Me parece una excelente idea —respondió el Jiang—. La forma en que detectas las frecuencias es impresionante. Es como si, por fuera, fueras Wei Wuxian y, por dentro, fueras... ¿tú? ¿Posees un núcleo dorado?

Wei se inclinó, suspiró y negó con la cabeza.

—Solía tenerlo —murmuró—. Pero lo regalé a la persona a la que más amaba.

—¿A tu novia, entonces?

Wei lo miró con tristeza, había prometido que jamás revelaría la verdad, sin importar la dimensión en la que se encontrara. Afortunadamente, su conversación fue interrumpida por Wen Ning, quien se acercó tímidamente a Wei Wuxian.

—Joven Wei, las calificaciones finales ya están publicadas en el tablón de anuncios de lenguas extranjeras —anunció Wen Ning—. Ambos obtuvimos las calificaciones más altas.

—Eres un verdadero amigo, Wen Ning. Gracias. Sin tu ayuda, habría repetido el curso, jajaja.

Wei Wuxian sonrió dulcemente en agradecimiento.

—Bueno, nos vemos más tarde para comprar lo que necesitamos —dijo el Jiang—. Adiós.

—Hasta luego —respondió Wei Wuxian, con una sonrisa en el rostro.

Wei Wuxian y Wen Ning caminaron juntos. Cuando entraron al edificio para revisar las calificaciones, el profesor Jin GuangShan los observaba atentamente.

—A-Ning, debo hablar con ese profesor. ¿Te importaría si nos vemos más tarde?

—N-No te preocupes, te enviaré un mensaje más tarde —respondió Wen Ning, retirándose.

Wei Wuxian sacó su teléfono y comenzó a grabar un mensaje de voz. Bajó el brillo de su celular y se acercó al profesor Jin.

—¿Está buscando a un estudiante en particular? —le preguntó el menor.

—Ya lo encontré —respondió el Jin, señalando el nombre de Wei Wuxian—. Veo que te fue muy bien.

—Bueno, soy bastante inteligente. No hay nada que no pueda lograr —respondió Wei Wuxian, modestamente.

—Me alegra ver que estás cambiando para mejor —dijo el Jin—. Cada vez que te asesoraba, parecías la persona más insegura que conocía, lo que te hacía aún más adorable.

El Wei rió suavemente.

—Ajaja~ —rió—, qué cosas dice, señor Jin.

—¿Has considerado mi propuesta? —preguntó el Jin.

—Sí, lo he pensado, y he decidido aceptar —respondió Wei Wuxian—. Quizás incluso sea divertido.

—Acompáñame a mi despacho y podremos hablar de esto en detalle —dijo Jin GuangShan.

Comenzaron a caminar, con Wei Wuxian siguiéndolo. Conversaron sobre temas mundanos, como lo haría un profesor con un estudiante. Pero, al llegar al último piso, Lan WangJi apareció de repente frente a ellos, mirando a Wei Wuxian con seriedad.

—Wei Ying, ¿Qué crees que estás a punto de hacer? —le preguntó el Lan.

—¿Y a ti qué te importa lo que haga? —respondió el Wei.

El Wei intentó seguir avanzando, pero Lan WangJi lo detuvo de nuevo.

—Wei Ying, lo que estás a punto de hacer es inmoral, incorrecto, e incluso podría ser ilegal.

—Lan Zhan —dijo el Wei—, soy un adulto de 21 años, para tu información, y él tiene mi consentimiento absoluto para todo lo que permita. Ahora, con permiso...

El Wei continuó avanzando sin mirar atrás.

—Wei Wuxian, a veces me sorprendes —comentó el Jin.

—Soy una persona muy precavida —respondió Wei Wuxian.

Cuando llegaron al lugar, el Jin cerró la puerta tras ellos y se acercó a su escritorio.

—¿Te gustaría comenzar con un beso, o prefieres ir directo al grano? —preguntó a Wei Wuxian

—Señor Jin ¿De que habla? —Dijo Wei Wuxian, sonriendo mientras se acercaba al profesor, sentándose en sus piernas mientras las del Jin manos recorrían las piernas y el pecho del menor.

—Si, ¿Quieres besarme primero o... Prefieres ir directamente abajo? Desde la primera vez que vi esos labios los imagine succionando mi miembro, tus mejillas rosadas por  el esfuerzo y esos ojos inocentes mirando a los míos, es una imagen que no me saco de la cabeza desde la primera vez que te vi, tantas chicas que lo han hecho pero la imagen tuya haciéndolo me excita mas~

Wei Wuxian esbozó una sonrisa, se puso de pie y, con suma destreza, desactivó la grabación en su celular. Acto seguido, inició la reproducción de la última parte mientras se alejaba con elegancia, recogiendo su mochila con calma. El semblante del señor Jin reflejaba un profundo temor, apenas podía moverse. Wei Wuxian finalmente abrió la puerta y guardó su dispositivo móvil.

—Si mi calificación en el sistema académico no es la mas alta, divulgaré su infame comentario. Profesores, estudiantes, e incluso el influyente consejo de mujeres feministas, quién sabe cuán lejos llegará la noticia sobre sus acciones hacia las damas. Además, tío Jiang, estoy seguro de que no se alegraría en absoluto de escucharlo con sus propios oídos.

—¡Wei Wuxian!

—Y si se atreve a intentar algo en este momento, no dudaré en clamar por auxilio a cualquiera que se encuentre en este pasillo. Siempre me ha causado repulsión, anciano. ¡Necesita urgentemente una pastilla de menta! Su aliento apesta a gasolina.

Y sin más, Wei Wuxian se alejó corriendo del lugar. Sin embargo, debido al miedo que le embargaba, solo pudo llegar hasta las escaleras, donde se dejó caer agotado. Con dificultad, recobró el aliento, sintiendo cómo su corazón latía con rapidez. Una mano sobre su hombro lo hizo sobresaltarse, temiendo que fuera el Jin, pero al mirar, se encontró con Lan WangJi, quien lo observaba con compasión. El Lan lo miró con ternura y se inclinó hacia él.

—Lan Zhan...

—Los seguí —admitió el joven—, Wei Ying, demostraste una valentía excepcional en ese recinto.

Las lágrimas de Wei Wuxian brotaron, su miedo y la angustia acumulados encontraron alivio en el consuelo del Lan, en ese instante, ante el torbellino de acontecimientos que habían tenido lugar en cuestión de segundos.

—Lan Zhan, es espantoso —murmuró Wei—, lo que se siente cuando alguien te toca sin tu consentimiento.

—Mnn.

—No quiero volver allí, Lan Zhan —susurró entre sollozos—. Siento... tanto asco.

—Has hecho todo lo que podías —aseguró Lan—. Demostraste ser una víctima inteligente.

Poco a poco, Wei Wuxian logró recobrar la calma. Lan secó las lágrimas de sus ojos y le ofreció una cálida sonrisa.

—Te ves mejor con esta vestimenta, y tu rostro luce más radiante sin maquillaje —comentó Lan, procurando consolarlo.

—Lan Zhan, gracias.

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