Cap. 025

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—Vamos a salir, señora Bae— JungKook aviso.

—¡Esperen! — la mujer detuvo a la pareja —Te falta tu almuerzo, Minnie~— le entregó una caja bento al Omega.

—Gracias, señora Bae~— tomó la caja y la metió en su mochila.

Había acabado por fin aquella guía de estudio y JungKook pudo ver en cuáles materias necesitaba más ayuda, le estuvo dando clases sencillas para explicarle algunos temas, pero ahora lo llevaría a un curso especializado.

—Vamos, Minnie— lo tomó de la mano y salieron de la casa para comenzar a caminar hacia el puente que unía el pueblo con la ciudad en dónde se encontraron con SeokJin.

—Debo ir a trabajar, SeokJin te irá a dejar y también te recogerá— lo abrazó por los hombros y comenzó a liberar feromonas para poder impregnar a su esposo con su olor —Te quiero~— le dio un besito en la frente.

—Yo también te quiero~.

—Creo que ya fue suficiente con tus feromonas, quedó claro que tiene Alfa— Jin interrumpió —Vámonos o llegaremos tarde— tomó su forma animal.

—¿Qué hace, Jin?

—Vas a montar un tigre por primera vez en tu vida— JungKook lo tomó por debajo de los brazos para cargarlo y sentarlo sobre Jin.

—Esto es extraño.

—Es como cuando vas sobre mí, solamente que está vez no vas a volar— bromeó —Nos vemos en la tarde~— se despidió.

—Adiós...— Jin comenzó a avanzar y Jimin comenzó a pensar que era divertido ir sobre un tigre. El en su forma animal no daba miedo, sólo causaba ternura y de por sí el tamaño y fuerza de las alpacas no era demasiada pues él era más pequeño y débil que el resto.

Acariciaba el pelaje del tigre que comenzaba a avanzar más rápido, al parecer a nadie se le hacía raro ver a alguien montado en un tigre. Al llegar al edificio donde se impartirá el curso Jimin bajo y SeokJin volvió a su forma híbrida con su cabello despeinado.

—Creo que te gusto mucho mi pelo— dijo de manera juguetona mientras intentaba volver a peinarse.

—Lo siento...

—No te preocupes, nos vemos en un rato— se despidió y espero a que Jimin entrará al lugar. Se veía adorable, llevaba sus lentes redondos puestos, una mochila de color lila que tenía colgando un llavero en forma de conejito.

—Un conejo...— por su mente paso la imagen del alfa conejo que lo perseguía a todos lados, ni siquiera le sorprendería si se lo encontrará en la ciudad por "casualidad".

Kim NamJoon le parecía interesante, por lo general los Alfas no le rogaban a un Omega que los ha rechazado más de tres veces, pero él ahí seguía detrás de él. Le mandaba regalos a su casa como arreglos de flores, ropa y cosas que sabía que le gustaban, además de que muchas veces lo encontraba de camino a casa y NamJoon lo invitaba a cenar o también podía recordar bien la vez que enfermo y el alfa dejo una bolsa con comida y medicinas fuera de su casa, después fue a cuidarlo, aunque él lo echo varias veces él se quedó.

Sabía que Kim era su destinado, pero siempre lo rechazaba por una sencilla razón: no creía merecer a alguien como él.

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—Tienes bastante que revisar— Jackson dejo caer una pila de papeles sobre el escritorio —Pero esto es más importante.

—¿Qué es?

—Una carta de tus suegros— JungKook se apresuró a tomar la carta y abrirla para ver de qué se trataba.

—¿Qué dice?

—Es una invitación a cenar para la otra semana.

—¿Qué crees que quieran?

—No lo sé, pero mándales una carta diciéndoles que no podemos ir.

—¿Qué?, ¿Estás rechazando la invitación de tus suegros?

—Si, Minnie tiene que ir a su curso y ellos solamente lo desmotivan de estudiar, no quiero que él tenga algún distractor que haga que deje de estudiar.

—Entonces yo me encargo de avisar— asintió.

—No menciones nada sobre los estudios de Jimin.

—Entendido— el leopardo salió de la oficina.

JungKook no quería que la familia de Jimin se entere o supiera mucho sobre los estudios de la alpaca, por alguna razón no le generaban confianza y sentía que tenían algo entre manos como para querer mantenerlos alejados de su esposo.

La familia de Jimin era extraña y ocultaba muchos secretos, comenzaba a creer que ellos habían aceptado el matrimonio porque algo querían conseguir con él. Hoseok y Taehyung seguían a cargo de la investigación de aquel reino pero por medio de los micrófonos instalados aún no lograban encontrar nada que diera algún indicio de sus planes.

Decidió dejar de pensar en la familia de su esposo e intento concentrarse en su trabajo, pero pronto su mente se distrajo al comenzar a pensar en Jimin, ¿Cómo le estaría yendo en su curso?, ¿Alguien lo trataría mal por ser un príncipe?, ¿Y si un Alfa se fijaba en él? Aún no lo marcaba y por más que lo llenará con sus feromonas no era suficiente, si lo marcará tendrían un lazo fuerte con el que podría saber cómo estaba o si algo sucedía.

Empezó a mordisquear el extremo superior de su bolígrafo, realmente estaba nervioso, quería ir a ver cómo le estaba yendo a su Omega; pero debía ser paciente y esperar a verlo en casa.

Pronto una sensación de calidez lo invadió y sus nervios comenzaron a calmarse, hasta podía sentir el dulce aroma a melocotón de Jimin que lo hacía relajarse.

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Jimin estaba bastante feliz en su curso, sería intensivo ya que faltaba poco para los exámenes y sólo tenían poco tiempo, pero eso no le parecía molestar, en realidad le encantaba poder estudiar cosas que ya sabía y aprender nuevas cosas además de que tenía nuevos compañeros que eran amigables con él.

Al llegar al salón que le asignaron ya había algunos híbridos y humanos ahí, algunos ya se habían puesto a hablar con sus compañeros de los lados. Tomó asiento en los lugares de en medio y pronto un alfa le hablo.

—Tu llavero es muy lindo~

—Gracias— giró a ver a su compañero y se percató de sus largas orejas de conejo, él tenía una fascinación hacia los conejos ya que le parecían adorables, pero también por los mitos que involucraban a estos animales y lo relacionaban con la luna.

Su nombre era Kim Jun-myeon y fue bastante lindo con él además de contarle un poco sobre los conejos y su familia, al parecer ellos se dividían en clanes y siempre trabajan de la mano con los altos mandos por su inteligencia y fuerza.

En el reino de las alpacas nunca había visto un híbrido conejo, sólo conejos puros y normalmente eran criados para alimento, para usar su piel y más. Una vez al salir se encontró con el criadero de conejos y observó cómo les arrancaban la piel y los colgaban para que murieran, los pobres aún se movían y era obvio que sufrían. Nunca comió carne de conejo, le daba asco y recordaba aquella escena, una vez intento liberar a los conejos del criadero y fue fuertemente castigado por sus padres.

Dragón EnamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora