En un pueblo poco conocido vivía una mujer muy hermosa, de cabellos tan rojos como el fuego y unos ojos tan azules como él mar, su nombre era Aurora.
Ella tenía un novio al que amaba mucho, este también la amaba y querían casarse y formar una familia, pero la madre de ella no quería.
El día que planeaban fugarse él jamás llegó y ella destrozada dejó de lado a los hombres y se volvió una mujer muy solitaria y qué siempre estaba triste.
Meses después de la desaparición de su amante, ella se enteró de que estaba embarazada, la alegría volvió a ella y se propuso darle a su bebé todo lo que ella no pudo tener.
Meses después la mujer dio a luz a una niña de cabellos negros y ojos verdes, era muy hermosa y a simple vista era la viva imagen de su padre.
Pasaron los años y la mujer se encargó de su hija a la que nombró Ágata y le dio su apellido.
Ágata era muy carismática y querida por su pueblo al igual que su madre, tenía pretendientes pero su madre siempre le decía que esos tipos no eran para ella.
Cuando Ágata cumplió 17 años Aurora enfermo de gravedad, solo duro un año y después murió a causa de esa enfermedad.
Un mes después un hombre llegó al pueblo, buscando al amor que habían tenido que dejar, se enteró que murió y que tuvo una hija.
Él se presentó ante Ágata y ella no pudo negar que se parecían demasiado, era como verse en un espejo pero su versión hombre.
Este le dijo que podía darle una nueva oportunidad para ser feliz y salir de ese pueblo, le dijo que su nombre era Aro y en lo que se había convertido.
Aro le dijo que para poder irse juntos debía despedirse de ese lugar.
Aro convenció a Ágata de irse con el, poco después la transformó en lo que era un vampiro y le explicó que ya no podía llamarse Ágata pues sería peligroso.
Así fue como nació Valentina Vulturi, una de las vampiros más tenidas y respetadas, no solo por su crueldad sino por su poder y por su justicia.
De belleza inigualable, heredó de su padre no solo su apariencia y carácter, también él don de ver los pensamientos de las personas con tocarlas, también podía controlar el fuego a su antojo y crearlo.
Valentina tenía buena resistencia y era muy veloz, podía ser peligrosa y letal.
Todos conocían su nombre Valentina Vulturi la hija de Aro, la que derrocó a los rumanos junto a Jane y Alec.
Tan hermosa como peligrosa, siempre al lado de su padre, nadie podía igualar su poder y resistencia, también su fuerza.
Era el orgullo de su padre, hasta que conoció a Carlisle y entendió que no era tan bueno.
Carlisle le enseñó lo lindo de la vida y la ayudó a potenciar su poder.
Ella se fue después de mucho tiempo de que Carlisle se fuera, viajó por el mundo y cuando conoció a Fermín se le unió.
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